Fracaso político
**Un país jodido
**Cargando la cruz
UNO. Fracaso político
Muchos sexenios después está probado y comprobado el fracaso de las tribus políticas para enaltecer y dignificar la vida de la población. Niños. Jóvenes. Mujeres. Ancianos. Hombres.
Uno. El desempleo. El subempleo. Los salarios pichurrientos.
Y la migración, por lo general, a Estados Unidos.
Dos. La miseria. La pobreza. Y la jodidez.
Tres. La inseguridad, la incertidumbre, la zozobra y la impunidad.
Cuatro. Los abusos y excesos de los agentes de Tránsito y las corporaciones policiacas.
Cinco. La baja calidad educativa.
Sexto. La pésima calidad de la salud pública.
Siete. El cuestionable desarrollo humano.
DOS. Las tribus políticas van y vienen…
Cada sexenio al palacio de gobierno aterriza una nueva generación política.
Con todo y militar y pertenecer al mismo partido.
Ellos, ejercen el poder. Gobiernan, ajá.
Luego, se van y Veracruz queda igual. Quizá peor, porque la población fue jugueteada, engañada y estafada con la venta de esperanzas ramplonas, baratas, demagógicas y populacheras.
Y lo peor entre lo peor, parte significativa de las tribus políticas en el poder sexenal se retiran hasta convertidos por magia sexenal en pudientes, riquillos y ricos.
TRES. Historia repetitiva
Siempre ha ocurrido (y sucede) así. Tal cual.
Bastaría referir la estadística oficial:
Seis de cada diez habitantes viven en la miseria y la pobreza.
A la quinta pregunta con el salario jodido.
Corriendo cada mes al Monte de Piedad para empañar su único patrimonio (si lo tienen) como el anillo de boda.
Quizá, digamos, a tono con la profecía bíblica de que “pobre naces, pobre vives y pobre mueres”.
Cada vez, la terrible y espantosa desigualdad económica, social, educativa, de salud y de seguridad, sobre todo económico, más distante.
Los ricos… más ricos.
Los pobres… más pobres.
CUATRO. La muerte de la esperanza
“La cruda verdad” se intitula un filme cinematográfico.
De hecho y derecho, la muerte de la esperanza.
Nunca será en vano recordar, por ejemplo, la lucha social por los jodidos de Miguel Hidalgo, José María Morelos, Pancho Villa, Emiliano Zapata, Francisco I. Madero, Lázaro Cárdenas y hasta del subcomandante Marcos.
Y después del reality-show de cada uno, y luego en la mayor parte de los casos anteriores del asesinato y hasta sus cabezas decapitadas (Hidalgo y Morelos) exhibidas en la plaza pública, el grueso de la población en la jodidez.
De nada y/o de poco sirvió, pudo servir, la lucha de todos ellos.
Por eso, tremendo error tener fe y confianza en las tribus políticas escalando hacia el peldaño más alto del poder político.
CINCO. Pero ni hablar…
La magia y el encanto político y social en la arena pública cuando una generación política sale del poder y toda la esperanza está perdida…
Cuando nueva tribu política ocupa la silla embrujada del palacio en automático, milagro superior, la población vuelve a creer.
Y con frecuencia, a creer con fe ciega “a prueba de bomba”. (lv)