el mismo amante.
Más cuando entre ambos procrearon una hija, para entonces, de unos veinticinco años.
Más cuando su esposa juraba y perjuraba que era el único hombre a quien amaba.
Y en el tálamo la vida era bella y hermosa entre ellos.

DOS. Descubierta por el celular

La esposa murió de cáncer.
Entonces, enclaustrado en la nostalgia y en su casa, un día descubre por accidente el teléfono celular de ella.
Y durante largo, larguísimo rato, lo contempla.
Y se decide a tomarlo. Y escucha los últimos mensajes. Digamos, para saber más de ella.
Y en una grabación escucha la voz de un hombre.
Y el hombre le dice que la extraña y necesita verla. Y la espera donde siempre, en otra nación.
Y el hombre le ruega y le sigue rogando para verse.
Y el marido (Liam Neeson) le sigue la pista.

TRES. Espionaje en Internet

Vaya, solicita a una compañera de trabajo especialista en la tecnología en Internet y en las redes sociales escarbe la punta del iceberg de aquella llamada telefónica.
Y aun cuando la colega se resiste en un principio argumentando que va contra la ley Liam Neeson la convence… en nombre de la misericordia y la piedad.
La compañera descubre su identidad. El nombre. El correo. El teléfono. La ciudad. La calle donde vive.
Más porque vive torturado. Digamos, “la cruda realidad” de la esposa.
“Yo nunca le fui infiel” dice el padre a la hija cuando la hija le reprocha que anda obsesionado con la posibilidad. Con todo, incluso, que la hija tenía conocimiento.

CUATRO. Cara a cara

El marido se lanza al otro extremo del mundo en búsqueda del amante de su esposa.
Durante días lo sigue. Lo observa. Lo escudriña.
Una mañana, en el desayuno en un restaurante, Liam Neeson enfrenta “la cruda verdad”.
Y saluda al amante (Antonio Banderas) quien solito en una mesa desayuna y juega ajedrez.
Y el juego para llegar al tema central inicia. Liam Neeson procurando llevar el asuntito.
El amante va cayendo hasta que luego del forcejeo mental durante días el amante ha desparramado todos los hechos y datos y casos y cosas de su relación con ella, Laura Linney.

CINCO. La vida llevada al cine

En un principio, el marido buscó al amante con el objetivo concreto y específico de encararlo y matarlo.
Incluso, hasta adquiere una pistola.
Pero convencido por la hija desiste de la idea.
Es más, el marido y el amante terminan conviviendo en una cena organizada con los amigos y conocidos para conmemorar (y honrar) la memoria de la esposa y amante.
La vida, llevada al cine (está en Prime). (lv)