Magia política
**Jefes como Reyezuelos
**“Aquí mando yo”
EMBARCADERO: El sistema político mexicano siempre ha sido una maravilla... Cierto, en las urnas suelen ganarse la presidencia de la república, las gubernaturas, las alcaldías y las diputaciones locales y federales y senadores... Pero una vez más pasada la elección, entonces, aparece la magia, porque las mujeres y hombres elegidos para un cargo público suelen transformarse en unos reyezuelos... El país y la entidad federativa y el municipio de un solo hombre
Una sola mujer… Y en donde en el periodo constitucional ellos hacen sonar y resonar su látigo… Y en donde “su palabra es la ley”… Y en donde si se equivoca, nada pasa… Y vuelven a mandar…
ROMPEOLAS: Durante seis y cuatro años, la adoración y la devoción social por ellos… Ellos, y como decía Porfirio Díaz Mori, “dan y quitan”… Una palabra de ellos es suficiente para encumbrar a otros… Y darles juego… Pero de igual manera, para hundir… Postergar… Evidenciar… Perseguir… Condenar y satanizar… Incluso, famosas las tribus políticas, dueñas del día y de la noche y dueñas de la vida individual, familiar y colectiva…
ARRECIFES: Por eso hay políticos que elegidos, digamos, de forma democrática (con todo y los famosos chanchullos priistas) suelen derivar a un ejercicio dictatorial del poder… “Aquí mando yo” exclamó la Fiscal General de Veracruz cuando tomó posesión… “Aquí no pasa nada” decía Javier Duarte… Y de inmediato, sus guardias pretorianos (Érick Lagos, Adolfo Mota, Alberto Silva y Jorge Carvallo Delfín) integraban un muro a su alrededor y ni el humo del cigarro podía filtrarse… Es parte del sistema político… Parte del ritual social… Parte de la parafernalia… Son los pequeños grandes reyecillos de los pueblos… Los Odorico Cienfuegos en telenovela de Televisa…
ESCOLLERAS: A su alrededor tienen varios ejércitos… Un ejército de secretarias… Un ejército de funcionarios en el primero, segundo y tercer círculo del poder… Un ejército, más que de amigos, de socios, aliados y cómplices para, entre otras acciones, “ordeñar la vaca y meter los dedos de las manos (y de los pies) al cajón”… Conscientes de que como están en “la plenitud del pinche poder” son intocables… Los jefes máximos… Autócratas… Caray, en su reinado en Filipinas, la presidenta Imelda Marcos, tenía un clóset gigantesco con tres mil zapatillas… Más mil vestidos de súper lujo… Más dos mil bolsas de mano…
PLAZOLETA: Famoso aquel presidente municipal de Boca del Río… “Dejé de ser alcalde y dejé de ser pobre” alardeaba ante los amigos… Y se echaba la carcajada del hombre poderoso en lo político y pudiente en los recursos… Por desventura, es la constante… Y la clave está en rodearse de contadores eficientes y eficaces e imaginativos para operar las cosas buenas y chuecas, vaya a ser que por ahí les caiga (y con afanes de venganza y ajuste de cuenta) la Comisión de Vigilancia del Congreso, el Órgano de Fiscalización Superior y la Auditoría Superior de la Federación… (lv)