El Superman, ajá, que ahora sí, logará el gran milagro mexicano de acabar con los carteles.
La pesadilla presidencial de cada sexenio y desde, aprox., el panista Felipe Calderón Hinojosa ocupando la silla embrujada del palacio federal.

PASAMANOS: Desde luego, y a partir de los años convulsos, turbulentos y huracanados, por ejemplo, con más de ciento veinticinco mil desaparecidos en el país, la intentona de Harfuch es, parece, buena.
Pero al mismo tiempo, una hazaña inverosímil.
Lo dijo Jaime “El Mayo” Zambada a Julio Scherer García, el director fundador de la revista Proceso:
“Si me matan, nada pasa. Hay sustitutos”.
Y es que los carteles parecen un ejército ultra contra mayor a los soldados y marinos.
Cierto, cierto, cierto, la autoridad ha detenido a un montón de sicarios. Y a narcos jefes. Otros, muertos en el fuego cruzado.
Y al mismo tiempo, todos ellos, multiplicados como los peces y los panes y los conejitos, los animalitos más promiscuos.

CORREDORES: Peor aún: lo único, lo único, lo único que en la república ha venido creciendo cada sexenio son los carteles.
El país, por ejemplo, dividido en territorios concretos y específicos entre los jefes narcos.
Entonces, y como hipótesis universal, por más y más que el súper policía siga abatiendo a los malos se multiplicarán en cascada.

BALCONES: Pero basta y sobra con una detención de malos por el equipo policiaco de Harfuch y en automático, el manejo de una mejor prensa a su alrededor tirándole incienso por cada paso y logro.
El policía político y/o el político policía vetado en momento estelar por el presidente Manuel López Obrador.
El hijo de la artista María Sorté, María Harfuch Hidalgo.
El hijo de Javier García Paniagua, el presidente del CEN del PRI quien le renunciara al candidato presidencial, Miguel de la Madrid Hurtado, cuando impusiera como secretario General a Manuel Bartlett Álvarez.
El nieto del general Marcelino García Barragán, el exgobernador y secretario de la Defensa Nacional, cuando el tiempo huracanado del presidente Gustavo Díaz Ordaz y del movimiento estudiantil del 68.

PASILLOS: Algunas mujeres de MORENA (la secretaria de Gobernación y la presidenta del CEN, quizá) se estarían moviendo de cara a la sucesión presidencial.
Pero ninguna duda de que el preferido de Sheinbaum es García Harfuch.
Le tiene ultra súper confianza.
Y Harfuch está luchando contra el pendiente social número uno del país como es la inseguridad, la incertidumbre y la zozobra.
El camino a Palacio Nacional pasa por una república en paz y sin sobresaltos. (lv)