Albañiles de la palabra
**Carpinteros del lenguaje
**Oficio periodístico
EMBARCADERO: En realidad el trabajo de un contador de historias (reporteros y escritores) es como la chamba de un carpintero... El carpintero que corta con mucho cuidado la madera y va armando, por ejemplo, un escritorio, un ropero, un sofá, una silla, una mesa... Incluso, de la nada suele crear una obra artística... Pero también la chamba de un tecleador equivale a la tarea de un albañil que desde la mañana hasta la tarde noche pasa el tiempo pegando y pegando ladrillos
hasta construir una habitación, una casa, un departamento, un edificio…
ROMPEOLAS: Y más, mucho más, a la jornada laboral de un relojero encargado de que en el reloj las manecillas de los minutos y los segundos sean puntuales para cumplir la tarea con eficiencia y eficacia… De igual modo como un cronista, un reportero, un novelista, un cuentista, un poeta, van acomodando las palabras y las letras en frases y oraciones lacónicas, por ejemplo, y concretas y específicas para describir el objeto deseado y contar historias sobre la persona personaje…
ARRECIFES: La chamba de un contador de historias parecida a la de un jardinero… El jardinero que en cualquier temporada ha de estar pendiente, primero, de regar el jardín para que nunca las plantitas ni las flores ni el pasto se sequen… Y segundo, pendiente de evitar una plaga que de la noche a la mañana avasalle con el pasto y anexos y conexos… El cronista que como el jardinero procura siempre elegir las palabras correctas para describir los paisajes y describir a las personas involucradas de tal forma que el lector las imagine tal como son…
ESCOLLERAS: Contar historias es un trabajo maravilloso… Nada hace más dichoso y feliz a un reportero que cuando logra una historia genial y la cuenta con más chispa, ingenio y genio… Y con palabras iluminando la anécdota y la información avasallante… Y, claro, siempre, siempre, siempre, con la verdad al desnudo… Por más y más atroz, dura y ruda que pueda ser o sea… Además, queda claro, todo puede decirse como en el relato bíblico donde las historias evidencian a las tribus políticas injustas en sus decisiones con la población…
PLAZOLETA: El carpintero, el albañil, el relojero, el jardinero, por ejemplo, nunca están expuestos a un desaguisado como un periodista… Un calambre político por ahí… Una intimidación… Una amenaza… Un anónimo… Unos espías siguiendo en la noche a deshoras… Una denuncia penal… Un secuestro… Incluso, y como se ha dado, un asesinato… Y por eso mismo, nada como observar con puntualidad la chamba del carpintero, el albañil, el relojero y el carpintero para escribir “más que con los pelos de la burra en la mano, la burra completa”… Es decir, contar la historia con los elementos informativos como el cimiento del texto periodístico, pues ni modo que a un albañil, por ejemplo, se le caiga el techo de la casa construida… (lv)