Nahle marca la regla
1 (El corazón arriba de las neuronas)
El estilo personal de gobernar y ejercer el poder en Veracruz sigue fortaleciéndose. Por ejemplo, como nunca, la legítima oportunidad a los trabajadores, digamos, modestos y sencillos, para escalar los peldaños más elevados del poder público.
Po ejemplo: La chef de Coatzacoalcos, puestito de fritangas, ascendida a Regidora del Ayuntamiento. Después, diputada local. Ahora, subsecretaria de Desarrollo Social.
Incluso, desde Sedesol sintió lampareo superior y soñó con la candidatura de MORENA a presidenta municipal.
Quedó, digamos, como escribe el clásico, “en la recta final” y que, bueno, el tiempo sexenal bien alcanzaría…
Por ejemplo: El chofer de la secretaria de Educación de Veracruz, SEV.
Chofer. Encargado de comprar cerdos para vender en el rastro. Enviado a estudiar en el Sistema Abierto. Ahora, ungido subsecretario de la SEV de acuerdo con la revelación del columnista Arturo Reyes Isidoro.
La hija de la titular de la SEV, de diecinueve años, ungida diputada local y de quien nada se ha conocido en la tarea legislativa desde cuando tomara posesión.
Y una amiguita de la familia de la secretaria de Educación, analista en la secretaría de Seguridad Pública, ungida como la apóstol de la pedagogía para enseñar a leer y escribir en el sexenio a los 550 (quinientos cincuenta) mil personas de 14 años de edad en adelante analfabetas.
Y, claro, sin ninguna experiencia. Fogueo. Formación educativa.
En los cuatro meses, el tráfico de influencias.
El Dedazo.
La imposición.
Pero, bueno, antes, mucho antes de escribir lo anterior ha de enaltecerse que el cuarteto se ha beneficiado con aquel sueño utópico de Carlos Marx, Federico Engels y Lenin de “La dictadura del proletariado”.
Caray, por eso mismo, y mucho antes, Jesucristo ungió apóstoles a puros pescadores. Muchos de ellos, analfabetas. Todos, en la miseria y la pobreza y la jodidez.
¡Bendito Dios!
¡Hosanna, hosanna!
¡Justicia poética, digamos!
Más, mucho más, que el legítimo sueño del subcomandante Marcos de una vida mejor para los indígenas de Chiapas.
¡Qué envidia y de la buena!
Más casos de seguro y “veinte y las malas” habrá y algún día, acaso, pudieran trascender…
2 (“Veracruz, de moda”)
Desde antes, el estilo personal de ejercer el poder del llamado “Segundo Piso de la Cuarta Transformación”:
El esposo de la góber, ideólogo agropecuario en la SEDARPA.
Un hermano, ex diputado federal, acercado a Veracruz operando cositas y hechos con bajo perfil, digamos, por ahora.
Un sobrino de la doctora en Comunicación, Mary Vázquez, como vocero.
Y encargados de definir los convenios mediáticos pues “La dama de los velorios” está para asuntos burocráticos.
El Dedazo para nombrar a los titulares de la Comisión Estatal de Atención a Periodistas, CEAPP, trascendiendo como puros entre los puros por “el compromiso ético (de la prensa) en la vida personal y profesional”.
Siete meses después nadie conoce (en todo caso, pocos, si hay) el programa en marcha de obra pública y el resultado del cabildeo para animar la creación y recreación de empleos en los cuatro puntos cardinales.
Y si “en materia de seguridad vamos bien, muy bien”, ahí están los cadáveres desmembrados tirados en Cerro Azul, en el norte de Veracruz.
¡Ah, claro, la remodelación del palacio de gobierno del Estado en Xalapa porque Cuitláhuac García la dejó un cochinero!
3 (Honrar la cultura priista)
Los ladrillos del estilo de ejercer el poder en Veracruz están cimentados en los siguientes actores sociales y políticos:
El esposo.
Un hermano.
Una comadrita.
La hijita de una comadrita.
El chofer de la comadrita.
Una chef.
Y el sobrino de una amiguita y jefaza federal.
¡Todos bienaventurados, “Veracruz está de moda!”!
En todo caso, la góber se ha mostrado como es. Su identidad. Y sin cartas escondidas en las mangas de la blusa.
Más todavía, con sus nombramientos ella enaltece y honra la antigua cultura priista del nepotismo, el cuatismo, el compradrazgo, el tráfico de influencias, etecé, etecé.
Y “penetra en la intimidad profunda de la naturaleza humana” (Mario Vargas Llosa de Juan Carlos Onetti).
La hechicera política embrujando al populacho. Los precaristas. Los desposeídos. Y por quienes, entre otros, tanto lucharon Pancho Villa y Emiliano Zapata. (lv)