Por ejemplo, entre otros, los siguientes…

ROMPEOLAS: Las amas de casa y las trabajadoras domésticas haciendo todos los días la misma tarea… El ejército de burócratas en las oficinas públicas repitiendo en el día con día el mismo tipo de chamba… Los empleados de restaurantes y plazas comerciales asignados en los baños públicos limpiando los baños las ocho horas de la jornada laboral… Los taxistas girando como “trompos chilladores” buscando clientes para el mayor número de carreras… Las mujeres de alquiler fletando el cuerpo con cada cliente para garantizar el itacate, la despensa y la torta en el hogar… Las ocho horas atrás del mostrador de una tienda de abarrotes y todos los días con la misma cantaleta…

ARRECIFES: Peor, mucho peor cuando, por ejemplo, el desaliento personal se va filtrando hasta el tuétano de cada persona y de pronto se siente y cree “atrapado y sin salida”… Incluso, sin fe y sin esperanza “de crecer cada día un poco” (Walt Whitman), empujar la carreta llena de hiel en vez de miel equivale a trepar la cuesta con una piedra gigantesca en la espalda… ¡Qué duro y rudo y difícil significa vivir así!...

ESCOLLERAS: Una persona desmotivada lleva una vida rodando en la ladera camino, derecho, derechito, al infierno… Es decir, estará viva, pero al mismo tiempo, vaya paradoja, muerta… Sin energía para treparse y mantenerse en el ring social… Claro, un pueblo desmotivado es mucho peor… Entre otras razones de peso y con peso porque se ubica en la antesala de la sublevación, la irritación social, la indignación crónica… Y tarde o temprano, se revierte a las tribus gobernantes del momento y en turno… Por eso, tantas marchas y mítines y manifestaciones en las calles y avenidas y en los caminos y carreteras y en los zócalos y las plazas públicas…

PLAZOLETA: De acuerdo con el médico del barrio, sin fe y sin esperanza una persona tiene como destino inevitable la depresión… La depresión nacida de la indiferencia y de la apatía… Hijas, a su vez, de vivir sin razones… Y aun cuando una película exitosa canturrea que “la vida es bella”, la vida, caray, también es ruda y dura… Tierra fértil, por ejemplo, cuando la depresión es genética… Y cuando alrededor ninguna persona es solidaria y generosa… Más cuando el individualismo se multiplica como tsunami en la familia, la oficina, el taller, la fábrica, la industria, la empresa… (lv)