Miedo al miedo
**Desaparición forzada
**Policías involucrados
ESCALERAS: Hay una palabra, una frase, que publicada en el periódico reproduce y multiplica el terror, el pánico y el miedo. Incluso, “el miedo al miedo”.
Vaya, en las neuronas y el corazón solo queda el deseo de volverse un ermitaño.
Enclaustrase en casa sin salir, caray, sin asomarse a la puerta.
Es la palabra Desaparición. Y a su lado, la frase Desaparición Forzada.
Aquella resultante de la alianza de políticos, funcionarios públicos, jefes policiacos, policías, carteles y cartelitos, sicarios y pistoleros, malosos y malandros.
Incluso, “halcones”, los famosos “orejas” y espías.
El caso, por ejemplo, entre otros, del policía (expolicía le llaman en el boletín) José Guadalupe N., detenido por el delito de desaparición forzada en agravio de C. D. B. L.
PASAMANOS: La historia delictiva está en la carpeta de investigación del proceso penal 2014/2017.
El secuestro y desaparición y desaparición forzada sucedió en el mes de septiembre del año 2015.
Javier Duarte, quien vive en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México, era el gobernador del “Aquí no pasa nada”.
Pero… pasaba.
José Guadalupe era policía en la secretaría de Seguridad Pública. Policía estatal, como refieren.
Y él y otros compañeros secuestraron y detuvieron a C. D. B. L. “y cuyo paradero continúa sin conocerse” (La Jornada Veracruz).
CORREDORES: Es decir, en tanto el policía acusado de desaparición forzada fue detenido, C. D. B. L. cumple diez años (se insiste, diez años) sin conocerse su destino.
¿Estará por ahí con vida?
¿Habría sido asesinado?
¿Destazado?
¿Envuelto los pedazos de su cuerpo en una bolsa negra de plástico?
¿Enterrado en una fosa clandestina?
Se ignora.
Una década la familia sobreviviendo en la angustia y la zozobra y la incertidumbre.
Y, bueno, si el presunto culpable de la desaparición forzada y actuando como policía ya está preso, un gesto de derechos humanos es, será, seria, un interrogatorio a plenitud para revelar el destino de la persona secuestrada.
BALCONES: Las neuronas y el corazón (y hasta el hígado) se cunden de bilis y rabia cuando suele darse el trascendido de que unos policías (estatales, municipales, federales) operan la desaparición y la desaparición forzada.
“Un delito de lesa humanidad que nunca prescribe”.
Y, caray, se vive en el rincón más arrinconado del infierno cuando queda manifiesto que la policía, encargada de garantizar la seguridad en la vida y en los bienes, participa en actos delictivos.
José Guadalupe, el expolicía ya preso, es un caso más de tantos denunciados en la cancha mediática.
PASILLOS: Caray, el Movimiento Ciudadano denunciando que en Papantla “la policía municipal opera como comando de la delincuencia organizada”.
Vaya, Nahle denunciando que los malandros han filtrado el Ayuntamiento de Poza Rica y en donde gobierna y ejerce el poder un antiguo beisbolista, amigo del ex Andrés Manuel López Obrador.
Además, Nahle denunciando que en tres municipios de Veracruz los malandros impusieron candidatos a presidentes municipal y ganaron.
El miedo y “el miedo al miedo” como ejes rectores en los cuatro puntos cardinales del Estado jarocho.
Por eso, claro, “Veracruz está de moda”.
Con todo y Belinda en las fiestas de Santa Ana en Boca del Río. (lv)