con padres con hijos y parientes secuestrados y desaparecidos.
Y en un país con más de ciento treinta mil desaparecidos y un Veracruz con más de siete mil cuatrocientos.
Debutará en Orizaba. El diez de julio. Caminará al lado de los Colectivos con el mismo objetivo de siempre en un país sordo: “visibilizar la crisis desaparecidos en la región” central de Veracruz.
El lema general es el siguiente: “Porque la lucha por un hijo no termina y una madre nunca olvida” (Fernando Inés Carmona, La Jornada).
El Colectivo Familias de Desaparecidos Orizaba-Córdoba de la señora Aracely Salcedo Jiménez, madre de Fernanda Rubí, la guapa chica secuestrada en una discoteca de Orizaba en el sexenio de Javier Duarte, está convocando a la marcha.
“Mientras no sepamos dónde están sus hijos (como la hija de ella) no podemos descansar”.
El Colectivo ha solicitado que las personas solidarias vistan ropa blanca –blusa o playera—como símbolo de la paz universal.
Y lleven una veladora que serán prendida en el recorrido y al final de la jornada.
Po lo pronto, hay en Veracruz más de cuarenta Colectivos y, bueno, ya se verá el resultado de lo que bien significaría la marcha más intensa y volcánica de todas y desde hace unos quince años, cuando en el primer año de Duarte iniciaran los secuestros, desapariciones, asesinatos, feminicidios y fosas clandestinas.
Solalinde, como gran figura icónica y simbólica.
Fidel Herrera Beltrán, gobernador, envió a unas mujeres diputadas locales a un café donde Solalinde impartía rueda de prensa y se le fueron encima.
Igual, igualito, aplicó Javier Duarte.
Se ignora si el cura habrá entrado en un nuevo capítulo de su lucha social y ahora al lado de los Colectivos.
Y por lo pronto, habría dejado cerrado el capítulo migrante.
Por el contrario, si su regreso en Orizaba también incluye la defensa de los migrantes.
Sobre todo, en las horas duras y rudas de los migrantes en Estados Unidos con el presidente Donald Trump.

2 (Veracruz, infierno migrante)

En momentos estelares, Solalinde caminó con los migrantes de América Central de sur al norte del país.
Siempre sostuvo, por ejemplo, que Veracruz era (¿será todavía?) el peor paso para los indocumentados dado el alto decibel de la inseguridad, incertidumbre y zozobra.
Siempre aseguró que Veracruz era (¿es?) un fosario.
Más a partir de cuando en el Duartazgo floreciera en toda su magnitud la fosa clandestina de “Colinas de Santa Fe”, ni más ni menos, en la ciudad jarocha.
Se ignora si debido a Solalinde, los migrantes mejoraron su nivel de vida.
Y/o si solamente incendió las páginas mediáticas pero sin la mayor trascendencia.
Incluso, si gracias a su labor, los gobiernos animaron y reanimar la creación de empleos en las regiones indígenas, campesinas, obreras, suburbanas y urbanas y que significa la razón fundamental de la migración disparada.
Para su fortuna, Andrés Manuel López Obrador llegó a Palacio Nacional y Solalinde se convirtió en un obradorista más.
Ahora, su regreso por el lado de los Colectivos, digamos, la desaparición y la desaparición forzada como el más grave pendiente social en la república llamada amorosa y humanística en el sexenio anterior.

3 (Solalinde ante el Estado)

El Colectivo de la señora Aracely Salcedo lo plantea del siguiente modo: “El Estado ha fallado. Nos toca a nosotras buscar en los cerros, en fosas clandestinas, en los archivos… a los desaparecidos.
Y lo hacemos con toda la fuerza del amor que sentimos por nuestros hijos.
Hoy son nuestros hijos. Pero mañana puede ser cualquiera”.
Tal cual, Solalinde de nuevo, digamos, en su lucha contra el Estado.
Aquel Estado de Derecho que en teoría ha de garantizar la seguridad en la vida y los bienes.
Más, mucho más, en la vida porque los bienes van y vienen… si regresan. (lv)