“¡Ahí viene el lobo!”
**ORFIS y Fiscalía
**Denuncias faramallas
ESCALERAS: Al ORFIS, Órgano de Fiscalización Superior, le ha sucedido lo mismo que al pastorcito cuidando las ovejas y gritoneando: “¡Ahí viene el lobo!”.
Y el día cuando en verdad el lobo aparezca, entonces, ya nadie le creerá.
Por ejemplo: Desde tiempo inmemorial, la auditora general, Delia González Cobos, ha vivido entre la espada y la espada.
A cada rato revelando un número incalculable de denuncias por presuntas irregularidades en las cuentas públicas tanto de Cuitláhuac García, el ex Rey de la Salsa y el Danzón, y de presidentes municipales.
PASAMANOS: Incluso, asegurando “contra viento y marea” la denuncia penal concreta y específica en la Fiscalía General y hasta donde se sabe si bien se sabe, en pocas, excepcionales, ocasiones, ha sido escuchada.
El miércoles once de junio, por ejemplo, documentó la denuncia de ciento diez contra el sexenio anterior en Veracruz.
Y Cuitláhuac García, y también su Fiscal General, la ex flor más bella del ejido tuxtleco, impasibles, indiferentes, apáticos, poderosos.
Es más, resumió que ante la Fiscalía Anticorrupción y la Fiscalía General interpuso 172 (ciento setenta y dos) denuncias.
Y en ambas dependencias, ni fu ni fa.
Digamos, una especie de “pelea a muerte” entre la titular del ORFIS y la jefa máxima de la Fiscalía.
“Aquí mando yo” dijo la señora Vero Hernández desde la toma de posesión y su advertencia la ha cumplido a cabalidad.
CORREDORES: Peor tantito: evidenciando a la titular del ORFIS.
Caray, luego de tantas denuncias, la Fiscal Anticorrupción, Stephany Rosas Méndez, advirtió a la mitad del mundo político y a la otra mitad de Veracruz que “solicitaba tiempo para revisar el estatus de los casos”.
Pero, bueno, desde “la noche de todos los tiempos”, las Fiscalías le han “echado el rollo” al ORFIS.
BALCONES: De hecho y derecho, parece tratarse de una vacilada.
Digamos, el ORFIS hace como que denuncia y la Fiscalía Anticorrupción y la Fiscalía General hacen como que actúan.
Así, venden esperanzas a los ciudadanos con credencial de elector de un gobierno estatal y gobiernos municipales cien por ciento honestos, íntegros, honrados, pues las tres dependencias están vigilantes.
De paso, la titular del ORFIS avaló a las secretarías de Salud y de Infraestructura y Obras Públicas, luego, incluso, de las observaciones de la Auditoría Superior de la Federación con el dinerito federal.
“No hay denuncias” dijo.
Se ignora si más allá de las tribus políticas de todos los partidos existan mujeres y hombres creyendo en su palabra.
PASILLOS: En el arrebato de la purificación moral, indicativo el silencio de la Comisión de Vigilancia del Congreso.
Ni una palabra sobre sus auditorías a los presidentes municipales.
Todos ellos, parece, ángeles de la pureza.
Más, cuando el diputado local, Esteban Bautista, siempre alardeando de su ídolo patrio, el subcomandante Marcos, jalara la cobija a su antecesor, Juan Javier Gómez Cazarín, y cuando hurgando debajo de las piedras se asomó “a la cruda verdad”, Nahle asestó tremendo manotazo y Bautista se reconcentró dando marcha atrás.
En el tiempo morenaco, “la vida es así y qué le vamos a hacer”.
El pastorcito de las ovejas y el lobo merecen una estatuilla en Veracruz. Y ponerse de moda. (lv)