Desgaste ético…
**Moral y académico...
**Del rector de la U.V.
ESCALERAS: Luego de tantas Magnus disparando en su contra, el desgaste ético del rector de la Universidad Veracruzana, UV, resulta inevitable.
El sociólogo Martín Aguilar Sánchez tiene una interpretación de la Ley Orgánica de la UV.
Sus adversarios, opositores y enemigos, digamos, trío de aspirantes a la silla embrujada de las Lomas del Estadio, tienen otra.
La Junta General de Gobierno (y que ahora se declara amenazada, incluso, hasta con la familia) tiene otra.
El cuarteto de exrectores (Sara Ladrón de Guevara, Raúl Arias Lovillo, Salvador Carmona Valencia y Víctor Arredondo) otra.
Los académicos y estudiantes, otra.
Entonces, la Ley Orgánica, “patas arriba”, está desgastando, ha desgastado, quizá, quizá, quizá, a todos.
Pero “veinte y las malas”, más, mucho más, al rector posgraduado en la Sorbona.
PASAMANOS: Hay un desgaste ético. Moral. Académico. Social. Sicológico.
Todo, porque el rector sueña reelegirse durante cuatro años, dice, para concluir su proyecto de engrandecimiento de la máxima casa de estudios.
Y parte de la comunidad se opone.
Y como el rector tiene de su lado, todo parece, a la Junta de Gobierno, los diez notables que pronuncian las últimas sagradas palabras, nadie dudaría de que su sueño habrá de cumplirse.
Pero al mismo tiempo, quedar desgastado.
CORREDORES: El resultado es, será, sería, uno solo:
La falta de respeto a la “sagrada investidura”.
A su nombre. A su trayectoria. A su historia.
A su credibilidad.
Vaya, y quizá hasta deba pronunciar la famosa frase del general aquel quien luego de ganar la batalla pero casi con el ejército completo con soldados muertos, exclamara:
“Con otro triunfo así… estoy perdido”.
BALCONES: De hecho, ya lo está.
Demasiada, excesiva, polvareda ha levantado camino al Gólgota.
Declaraciones mediáticas. Ruedas de prensa. Marchas. Discursos incendiarios.
Claro, los suyos bien podrán revirar que se trata de un rector polémico y controvertido.
Cierto. Pero al mismo tiempo, obsesionado con la silla principal de la rectoría.
Nadie como él para consultar a los mejores abogados de la UV y con toda la sangre fría si el articulado de la Ley Orgánica lo desfavorece, ni modo, a pensionarse pues de seguro, su tiempo habrá cumplido.
Incluso, y dada la edad, tiempo para jugar con los nietos y dada la liberación femenina, lavar los trastes y pasar jerga en casa como una generosa y justa actitud solidaria con la pareja.
PASILLOS: Pero, bueno, el hermano menor de Emiliano Zapata, el caudillo del sur, Eufemio, aseguraba que la silla del palacio presidencial estaba embrujada porque a todos mareaba, enloquecía y hacía levitar.
Y por añadidura, todas las sillas políticas donde el poder se ejerce a plenitud y se gobierna.
Más, porque la rectoría de la UV encarna, digamos, la segunda fuerza política, económica y social del Estado de Veracruz, luego de la gubernatura.
Y/o la cuarta, luego, por ejemplo, de los jefes máximos de los Poderes Legislativo y Judicial. (lv)