Dioses esotéricos
**Y también humanos
**La Ilíada de Homero
EMBARCADERO: En la antigua Grecia, los ciudadanos y las tribus gobernantes creían en los dioses extraterrestres... Incluso, los dioses tomaban partido por los jefes políticos terrenales... E influían en sus vidas... Y de forma decisiva... Vaya, hasta los acompañaban en las guerras en la tierra y en el mar... Y la gran batalla se daba, en todo caso, entre los dioses esotéricos para conservar sus parcelas de poder
Y entre otros hechos y cositas indicativas está la maravillosa descripción con que Homero describió a los dioses aquellos en sus libros clásicos, la Ilíada y la Odisea…
ROMPEOLAS: Eran dioses, digamos, celestiales… Pero al mismo tiempo, terrenales… Y Homero los detalla como seres extraordinarios dotados de atributos y cualidades insólitas… Y con mucho, enorme respeto… Quizá como nunca antes ni después (vaya, ni siquiera en la Biblia) son descritas las figuras y personajes subliminales… En la Ilíada, por ejemplo, llama mucho, de forma poderosa, la atención el respeto con que Homero se refirió a ellos… Más, mucho más, porque Homero era ciego y escribía según le contaban los ciudadanos, sus amigos…
ARRECIFES: Por eso, y para enaltecer la sublimidad de aquellos dioses, sería conveniente detallar los adjetivos calificativos con que eran nombrados… Por ejemplo, Zeus, el jefe de todos los dioses, el dios que amontona las nubes… Hera, la diosa de los níveos brazos… Atenea, la diosa de los brillantes ojos… El hijo de Tideo, el dios de pequeña estatura, pero belicoso… Ares, “el loco voluble y nacido para dañar”… Perifante, el más valiente de los soldados… Diomedes, domador de caballos… Arisbe, “muy amigo de los hombres y quien a todos daba hospitalidad”… Agamenón, el rey de hombres… Aquiles, príncipe de hombres…
ESCOLLERAS: Heleno Priámida, el mejor de los augures… Argólide, criadora de caballos… Sísifo Eólida, el más ladino de los hombres… La divina Antea, la mujer casada que pretende engañar a su marido con un guerrillero, y ella lo intriga y así entra a la historia… La diosa Quimera, con “cabeza de león, cola de dragón y cuerpo de cabra”… Artemisa, “la que usa riendas de oro” y ordena matar a su hija… Laócide, la más hermosas de las princesas… Teano, la diosa de las hermosas mejillas… Atenea, la diosa de la hermosa caballera… La bella Helena, aquella que provocara la guerra contra Troya y durante diez años, “la perra maléfica y abominable”…
PLAZOLETA: Andrómaca, la diosa de los níveos brazos… Artemisa, la diosa especialista en tirar flechas… París, el hijo de Príamo que robara a Helena, la esposa de Menelao, el guerrero “cuya armadura brillaba como un sol”… Nunca más se han tenido en la historia pueblos que idolatraran tanto a sus dioses celestiales y humanos… Claro, en la vieja Tenochtitlán… Huitzilopochtli, a quien ofrendaban doncellas de veinte años, todas vírgenes… Pero cuando llegaron Hernán Cortés y sus guerreros, de pueblo en pueblo fueron destrozando aquellos ídolos de barro comenzando en Cempoala y con el permiso del Cacique Gordo… Y en México nos quedamos sin dioses… (lv)