Entonces, Chéjov también le gustaba el cementerio porque caminaba entre los pasillos y leía los epígrafes en las tumbas… Y muchos, con frases célebres de personajes literarios de Rusia… Además, las leyendas negras de fantasmas que solían aparecer en los panteones en las noches… Y jalando a los niños para recorridos nocturnos y esperar el momento estelar…

CURVA PELIGROSA: La euforia y el optimismo y la alegría lo cerraba Chéjov con la llegada del circo… Y con los amigos los esperaban a la entrada del pueblo pues todos ellos (payasos, trapecistas, bailarinas y los animales amaestrados) solían desfilar, igual, igualito, como ha ocurrido (y sucede) en muchas demarcaciones del mundo… Después, a buscar una estrategia para tener acceso a las funciones… Y, claro, de gratis… Por ejemplo, hacer mandados para los cirqueros… Fue el paraíso terrenal de Chéjov, de igual modo, como por ejemplo, el niño Albert Camus, tan lleno de pobreza, descubrió con los amigos el mar, la playa, la arena, los juegos en la playa, las serenatas en la playa y a la luz de la luna… En aquel mundo creado y recreado, escribió Camus, hallaron el paraíso celestial y fueron dichosos… Es decir, nunca la pobreza ni la miseria los ataron…

AUTOPISTA DEL SUR: Curiosidades del mundo animal… Los ratones son felices con un pedacito de queso fresco… Los zopilotes, cuando de un picotazo se atragantan con los ojos de un humano muerto… Las ardillas, con unos cacahuates bien fritos y peladitos dejados en un platito en la banca del parque… Las águilas, sobrevolando a la caza de la presa… Los tiburones, comiendo a los peces chicos… El gallito, picoteando al mayor número de gallinitas en el corral… El gatito, con un platito de leche… El perrito, con un muslo de pollo feliz… Además, los perritos son más felices cuando ladran en la madrugada y otros perritos contestan y arman un concierto… Las palomitas, con mendrugos tirados en el parque antes de la salida del sol… Las tortugas, bañándose en el estanque con agua limpiecita, claro… Y el perro lobo, gruñendo y mostrando la dentadura como garra mortal…

AUTOPISTA DEL NORTE: Insólito exitazo de artistas norteamericanas y europeas en el mundo de los negocios… Un portal digital, por ejemplo, enlista a las actrices con el mejor fario empresarial… Fortuna de Beyoncé Knowles: más de mil millones de dólares y en sociedad y alianza con su rapero Jay – Z… Fortuna de Rihanna, ella solita: mil cuatrocientos millones de dólares… Fortuna de Taylor Swift, la gran chica revelación, mil 325 (trescientos veinticinco) millones de dólares… Fortuna de Madonna, mil doscientos millones de dólares… Y fortuna de Jennifer López, apenas, apenitas 400 (cuatrocientos) millones de dólares… El resto de actrices, todas mujeres, flanquean entre los cien y doscientos millones de dólares… Pero con todo, sabrá el chamán el alcance de tantos millones de dólares… De entrada, pocos, excepcionales políticos mexicanos los habrán acumulado en su vida pública…

RECTA FINAL: Breve evocación de un gran, gran, gran padre de familia… Carlos Onetti fue el padre del escritor Juan Carlos Onetti… El padre era empleado de la Aduana en Uruguay… Y la madre, trabajadora doméstica para redondear la quincena… Y de tarde en tarde, el padre “acostumbraba leer a sus hijos en voz alta, en el comedor, capítulos diarios de obras” literarias según cuenta el Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa… El hijo escritor solía refugiarse “en un viejo y amplio ropero a leer en compañía de su gato Miyunga y su hermana Raquel”… Muchos años después, el escritor diría: “A mi vicio infantil por la lectura (inducido por el padre) debo mi miopía”… El padre, ocupado y preocupado por el presente, el futuro y el destino de los hijos… Y era un modesto, modestísimo empleado… ¡Qué felicidad y dicha leer y conocer tales historias!... Solo así pueden crearse y recrearse niños y jóvenes lectores…

META: Platillos para “chuparse los dedos”… Las garnachas de Soledad de Doblado en la vieja estación del Ferrocarril Mexicano… Los tacos callejeros de cochinita pibil… Los chetos en la oscuridad de la sala cinematográfica… La mantequilla en una tortillita de maíz blanco recién echada en el comal sobre el brasero… Los pambazos de Xalapa como le gustaban a mamá Carlota cuando vivía en el Castillo de Chapultepec… El mondongo y los tacos de “La Michoacana” en el mercado popular, Hidalgo, en la ciudad jarocha… El mole de la tía Lore a la orilla del río Jamapa… Los mangos escurriendo en los dedos de las manos mientras la persona se atraganta… Por cierto, la actriz Cameron Díaz prefiere comer chicharrones bien tostaditos y hasta tomados de la paila para escuchar el crujido cuando los dientes los mordisquean… Es el mayor placer de mi vida ha confesado… (lv)