PASAMANOS: Dos, la anunciada fusión de las secretarías de Turismo y Cultura.
Además, de los subsecretarios, directores, jefes y subalternos.
Tres, la Comisión de Búsqueda y que tantos francotiradores parece tener.
Y de ñapa, ene número de ocasiones enunciada del cambio.
Y los Colectivos, integrados con padres con hijos secuestrados y desaparecidos, expresándose en el palenque político y social.
Y, cuatro, la designación del nuevo Rector de la Universidad Veracruzana, todo indica, la decisión superior en manos de los abogados de las partes litigantes sobre si el doctor Martín Aguilar Sánchez es ratificado y/o le dan las gracias.

CORREDORES: Con los alcaldes electos, el otro festín laboral.
Primero, y en los días y noches trotando, el dictamen oficial del OPLE, Organismo Público Local Electoral, de que ya ganaron.
Segundo, nombramiento en mano, la distribución (en su tiempo) de las comisiones edilicias al síndico y a los regidores.
Tercero, la designación de los funcionarios de confianza y en donde (y por razón lógica) lleva mano el presidente municipal.
Y, cuarto, la elección de las compañías constructoras favoritas del alcalde en turno para asignar la obra pública por Dedazo.
El Santo Dedazo tan sagrado en la historia política de los pueblos del mundo.

BALCONES: La euforia, pues.
Más en un Veracruz donde un millón de paisanos han partido como migrantes a Estados Unidos ante la manifiesta incapacidad oficial para animar y reanimar la creación y de empleos dignos en los cuatro puntos cardinales del Estado jarocho.
Y más, con el desempleo y el subempleo.
Sobre todo, por los salarios pichurrientos en la mayoría de los trabajos.
Y sin las prestaciones económicas, médica y sociales establecidas en la Ley Federal del Trabajo.
Entonces, la rebatinga por los cargos públicos en disputa y listos para repartirse “con el favor de Dios” entre la familia, los amigos, los socios, los aliados, los cómplices y las Barbies en turno y quienes (desde luego) tienen legítimos derechos.

PASILLOS: ¡Bienaventurados los amigos de los alcaldes electos y de la gobernadora, pues de ellos “es (y será) el reino de los cielos”!
Los días y noches trotan (más que caminar) y quizá pronto, antes del famoso cántico del gallito bíblico, los cargos públicos pendientes de nombrar serán consumados.
Ya se sabe, de acuerdo con el sistema político se vive el Veracruz de una sola mujer y de un solo hombre en cada demarcación.
Ellos, “en la plenitud del pinche poder” con atributos metaconstitucionales para designar a los compañeros del viaje político.
Y como dice el viejito del barrio, “si se equivocan vuelven a mandar” y ningún fijón. (lv)