Ejecutado chico migrante en E.U.
1 (Treinta balazos de la policía de Trump)
Segunda era Donald Trump en Estados Unidos: Saña. Barbarie. Alevosía. Ventaja. Premeditación. Y crueldad. Mucha, demasiada, excesiva crueldad en contra de migrantes.
Por ejemplo: En el poblado de Fullerton, Orange, estado de California, un chico de19 años y originario de México tomó el cuchillo cebollero de casa y amenazó a sus padres.
Un hermano menor se asustó. Y llamó a la policía.
Y la policía llegó “rauda y veloz”.
Y luego de cruzar unas palabras con el muchacho quien se negó a soltar el cuchillo, los policías le dispararon.
Treinta balazos… sobre su cuerpo.
Se llamaba Pedro García y su cadáver quedó tirado enfrente de su señora madre y dos hermanos.
Claro, bien pudieron los policías lanzar unos gases lacrimógenos contra el chico.
Unas descargas eléctricas, incluso.
Todavía más: un perro policía amaestrado.
Pero no, no, no.
Cobijados en la feroz persecución policiaca de Trump en contra de los migrantes sin papeles, los policías lo rafaguearon.
Se insiste: treinta balazos.
Este año, únicamente este año, más de treinta latinos, todos muchachos, asesinados por la policía de Trump.
De hecho y derecho y desde hace unas semanas, la policía asesinando a un hispano cada dos días de acuerdo con reporte oficial.
“La cruda realidad”.
Además, otros hechos gravitando alrededor del odio a los migrantes.
Por ejemplo, el impuesto del 3.5 por ciento aprobado en el Congreso para las remesas de los migrantes a sus familias en México y América Central (Honduras, Guatemala y El Salvador).
Además, la declaratoria de guerra de Trump a la Universidad de Harvard amenazando con expulsar a los alumnos extranjeros, la mayoría de ellos, mexicanos.
La feroz persecución contra los migrantes en iglesias, templos, guarderías y escuelas.
La captura de líderes de los migrantes para dejarlos sin una legítima defensa.
La tibieza de la secretaría de Relaciones Exteriores de México, incluso, basada en puras declaraciones periodísticas.
El asesinato de Pedro García, el chico mexicano de 19 años, con treinta balazos de la policía norteamericana, ocurrido el 15 de marzo y ventilado en estos días en California y Estados Unidos, uno de los peores atentados a la dignidad humana.
Y, claro, al legítimo derecho a vivir.
Ser migrante en la era Trump en EU equivale a ser judío en la era Adolf Hitler en Alemania.
Y/o a ser miembro de la comunidad sexual en Cuba en el tiempo de Fidel Castro Ruz y quien los enviaba a sus campos de concentración.
Y/o a ser disidente en el tiempo de las dictaduras militares en América Latina cuando los señores generales ordenaban detener a los inconformes y contestatarios y los trepaban a un helicóptero y amarraban a una piedra gigantesca y los tiraban a un mar infectado de tiburones.
Y/o a ser cristero en el tiempo de Plutarco Elías Calles en México.
Y cristero en el tiempo de Tomás Garrido Canabal como gobernador en Tabasco con su feroz persecución a los sacerdotes y feligreses.
2 (Menor asesinado en Misantla)
Paradojas de la vida: En Veracruz, en Misantla, pueblo de La Reforma, un menor fue asesinado de un balazo.
Se llamaba David. David N.
Tenía 16 (dieciséis) años.
Tres menos que Pedro García, ejecutado en California.
Según versiones, antes del crimen, alguien habló a la mamá de David amenazando a su hijo. (lv)