Igual, igualito, como en otras entidades federativas.
La violencia generalizada y en todos los órdenes como un signo del México del siglo XXI.

PASAMANOS: Según la DEA, según Milenio, en Veracruz la delincuencia organizada está representada por los siguientes carteles.
El más fuerte, Cartel Jalisco Nueva Generación.
El Cartel de Sinaloa. El Cartel del Noreste. El Cartel del Golfo.
Pura Gente Nueva. Fuerza Especial Grupo Sombra. Y Célula Independiente 35 – Z.
El reportaje lo firma la reportera de Milenio, Anel Tello.
Incluso, enmarcando los municipios donde cada uno opera.
Simplemente, como diría el viejito del barrio, “pelos y señales”.

CORREDORES: En contraparte, la filosofía política, social y policiaca del Gobierno del Estado: “Vamos a erradicar los feminicidios.
En materia de seguridad vamos bien, muy bien.
El índice de inseguridad ha bajado mucho, muchísimo.
Y si por ahí existe violencia son hechos aislados”.
Claro, claro, claro, luego del asesinato político número siete en Veracruz con el feminicidio de la candidata de MORENA a presidenta municipal de Texistepec, el Gobierno del Estado aceptó “la cruda realidad”.
Un Veracruz descarrilado. Casi casi, fuera de control.
El oleaje feminicida.
El regadero de cadáveres.
El escurridero de sangre.
Los panteones y las fosas clandestinas, lo único, lo único, lo único creciendo cada vez más de norte a sur y de este a oeste del territorio jarocho.
¡Ay, Agustín Lara con sus playas lejanas!

BALCONES: En el lado oficial, el despliegue policiaco.
Policías municipales. Policías estatales. Policías federales.
La Guardia Nacional. Los marinos. Los soldados. Los elementos de la Fiscalía General de la República.
Algunas demarcaciones ultra contra súper blindadas después de “ahogado el niño”.
Texistepec, por ejemplo. Boca del Río.
Impresionante y aparatoso contingente circulando en calles y avenidas. Vigilando. Pendientes. A la ofensiva y contraofensiva.

PASILLOS: La historia sangrienta en Veracruz data, mínimo, desde Javier Duarte.
Tiempo cuando Veracruz se convirtiera “en el peor rincón del mundo para el ejercicio reporteril”.
Diecinueve trabajadores de la información asesinados más tres desaparecidos.
Y cuando en Veracruz bullera la desaparición de personas y luego enseguida, la desaparición forzada.
“Colinas de Santa Fe”, la más grande de México. Pero también, de América Latina.
Veracruz, quince años en el infierno. Mejor aún, en el rincón más arrinconado del infierno. Allí de donde ya nadie sale.
Ni yendo a bailar a Chalma ni entrando de rodillas a la Basílica con las manos extendidas al cielo y los ojos virolos mirando el infinito atrás de las nubes negras y grisáceas. (lv)