Desaparecido 7 años
**Búsqueda de una madre
**El cadáver del hijo
UNO. Diez chicos secuestrados
Durante casi siete años, la señora Sonia Flores, vecina del puerto jarocho, la paso buscando a su hijo.
El hijo, Leonel Santes Flores, desapareció con diez personas más el tres de octubre del año 2018.
De acuerdo con las versiones nunca desmentidas, unos policías se los llevaron.
Entonces, Leonel tenía 26 (veintiséis) años. Y aquel día había solicitado a su señora madre le preparara unos sabrosos tamalitos pues tendría reunión amical.
Luego de la reunión, los amigos se fueron de casa. Y Leonel los acompañó para “dar la vuelta”.
Y todos… desaparecieron.
DOS. Frenética búsqueda
La madre se unió a un Colectivo, integrado con padres con hijos y parientes plagiados y desaparecidos.
Y la búsqueda fue intensa.
“Vivo o muerto” lo deseaba tener, y en todo caso de funesto desenlace, para tener un lugar donde sepultarlo y llevarle flores y oraciones.
El nueve de mayo, cuenta la reportera Abigail Montoya (alcalorpolítico), la señora Sonia Flores recibió el cadáver de su hijo.
Lo hallaron en la fosa clandestina conocida como “La guapota” de Úrsulo Galván.
Allí mismo donde en el sexenio de Javier Duarte, quien sigue viviendo en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México, desaparecieron a siete policías municipales.
Y hasta la fecha.
TRES. Un lugar en el panteón
El 3 de octubre del año 2018 los policías (al parecer, federales) también se llevaron a ocho mujeres y dos hombres.
Y al momento, el único, digamos, aparecido (y aparecido sin vida) es Leonel Santos Flores, y quien ahora tendría 34 (treinta y cuatro) años de edad.
La madre lo veló en su casa en el fraccionamiento “Privanzas”. Y le dieron cristiana sepultura.
Dura y ruda tragedia que nunca, jamás, y en tanto caminan los meses y los años, el hijo secuestrado pueda volver a casa.
Y más, mucha mayor desventura recuperarlo como un cadáver.
CUATRO. Más de 7 mil desaparecidos
Por lo pronto, en Veracruz, más de siete mil desaparecidos y que significa la estadística heredada por Cuitláhuac García Jiménez.
En tan solo par de meses de la Era Nahle, los Colectivos hablan de la desaparición de doscientas personas.
Fosas clandestinas, incluso, que siguen apareciendo.
Una maldición apocalíptica en Veracruz como una pesadilla atroz.
Inevitable. Dura. Pesada. Ruin. Miserable.
De hecho y derecho, el llamado Estado Fallido.
CINCO. La peor desventura
Un hijo, una hija, un sobrino, un tío, un hermano, un abuelo, secuestrados y desaparecidos.
Y la desesperante búsqueda por todos lados y en todos lados.
Todos los días, a la hora de desayunar, comer, cenar, acostarse, una silla vacía en la mesa.
Una recámara vacía.
En el clóset, la ropa del familiar desaparecido, sin tocarse.
Esperando que de pronto toque a la puerta.
Y/o hable por teléfono avisando que está vivo.
La muerte en vida. La angustia. La incertidumbre. La zozobra… de saber si está vivo o muerto.
Si come a las horas. Si está tomando las medicinas. Si le han dado ropa para bañarse. Si duerme tranquilo.
Si lo respeten en su integridad. Si lo torturan. Si lo utilizan. (lv)