Ministros rojos de Dios
**Teología de la Liberación
**Vidas ejemplares
UNO. Del lado de los pobres
La iglesia católica en México tiene figuras legendarias. Sacerdotes y Obispos a quien bien pudieran apodar los ministros Rojos de Dios. Yahvé. Jesucristo. El Ser Superior.
Ellos, siguiendo la huella social de Jesús en el otro extremo del mundo.
Siempre, del lado de los pobres. Clamando mejor calidad de vida y justicia social, el par de pendientes y los más grandes objetivos de cada ser humano.
Ellos, del lado de los indígenas, campesinos y obreros.
Y de los migrantes, los más pobres entre los pobres.
Vidas ejemplares que muchos años después siguen retroalimentando a la iglesia, tan necesitada de íconos y símbolos morales y éticos y sociales.
DOS. Méndez Arceo, parteaguas
Entre los notables, los siguientes:
Sergio Méndez Arceo, quizá, quizá, quizá, el precursor de la llamada Teología de la Liberación.
Simplemente, el eje rector, vivir, ser, estar y trascender como Jesús.
El Jesús que a los doce años tomara el látigo y a base de latigazos correteara del templo a los fenicios y mercaderes.
El Jesús desafiando a las tribus gobernantes.
El Jesús incorporando a María Magdalena como su apóstol número trece.
El Jesús crucificado en el Gólgota y en medio de par de ladrones…, que uno bueno y el otro malo.
TRES. Con los indígenas
Samuel Ruiz. Una vida consagrada a los indígenas de Chiapas. Gran interlocutor y aliado del subcomandante Marcos, aquel cacareando la dignidad humana para los indios del sureste de México.
Al lado de Samuel Ruiz, su discípulo, el obispo Arturo Lona Reyes.
El obispo Salvador Rangel, y quien, incluso, fue secuestrado en momentos intensos y volcánicos de la violencia nacional.
Y, claro, el abad de la Basílica de Guadalupe, Guillermo von der Schulenberg Prado, quien aseguró que la Virgencita de Guadalupe y Juan Diego eran un invento religioso para ganar feligreses.
Y en respuesta, la cúpula eclesiástica lo destituyó de la Basílica como abad y lo condenó al silencio absoluto, total y atroz.
CUATRO. Obispo de los migrantes
El obispo Raúl Vera, en la frontera norte, con su gran lucha en defensa de los migrantes a Estados Unidos tanto mexicanos como de América Central.
Y enfrentando a las cúpulas eclesiástica de los obispos y cardenales tradicionales y convencionales, muchos de ellos “tirado al piso” y “arrojando incienso” a las tribus gobernantes en turno.
Incluso, bien pudiera anotarse al sacerdote José Alejandro Solalinde Guerra, siempre en pie de guerra por los migrantes, hasta que en su vida se le atravesó Andrés Manuel López Obrador como presidente, y probó y saboreó las mieles del poder y abandonó a los migrantes y se fue atrás de AMLO.
CINCO. El México histórico
Se ignora (y discúlpese la falta de información) si en el siglo XXI existieron en México sacerdotes y obispos de la talla gigantesca de Méndez Arceo, Samuel Ruiz, Arturo Lona y Raúl Vera, entre otros.
Quizá estuvieran activos y reactivos y proactivos entre los sacerdotes.
Con todo, ellos representan el México lejano. El México histórico. El México difícil en su regreso. (lv)