Tolerancia a prueba
**Más en la vejez
**La pareja anciana
EMBARCADERO: En la vejez, la gran prueba de fuego y con fuego se llama Tolerancia... La gran prudencia de la Tolerancia... Sobre todo, con la pareja... A partir de los sesenta años, quizá, o setenta y más, la pareja aprendiendo y reaprendiendo a entender y comprender las acciones y reacciones del compañero de vida... Más cuando el daño a las neuronas y el corazón causan estragos en la relación personal
Todo el santo día y parte de la noche, la tolerancia en el palenque…
ROMPEOLAS: Desde cuando las cosas y los hechos y los nombres y los pendientes se comienzan a olvidar hasta el riesgo de un accidente casero, considerados fatídicos… Desde el aburrimiento y el hastío en que suele incidirse hasta llevar a la pareja en el coche al mercado y a la plaza comercial para abastecer la despensa… Desde el reproche intenso y volcánico porque roncas y se frustra el sueño “tranquilo y reparador” hasta la desidia para bañarse “porque no sudas”… Desde que te sientas en la mesa para que yo, la mujer, te sirva hasta que tú también puedes servirte…
ARRECIFES: Desde que ayer y antier me diste huevos de desayunar hasta que la barba que te dejas se ve te horrible… Desde que estoy harta de que fumas y apestas a cigarro hasta que te demoras cuatro horas en el desayuno con tus amigas… Desde que “todo me lo dejas a mí” hasta que la casa necesita pintarse… Desde que tus hijos te quieren más a ti cuando “yo los traje nueve meses en el vientre” hasta que “ni un café invitas”…
ESCOLLERAS: La vejez como tierra fértil para reprochar los amores pasados tenidos, incluso, en la primera juventud… Y si el hombre “fue ojo alegre”, entonces, la espada desenvainada para satanizarlo y condenarlo… En todo caso, la hora de “la cruda realidad” luego de cincuenta y sesenta años de vivir juntos… Y tener hijos casados y nietos alegrando los días… Y en vez de vivir para los nietos, por ejemplo, la pareja como los perritos y los gatitos en un costal… Y despedazando toda pizca de tolerancia… “Allá que te tolere tu madre” suele retumbar el grito en las cuatro paredes de la casa habitada…
PLAZOLETA: El sicólogo del barrio dice que con los años, es decir, con la vejez, la persona se vuelve tolerante… Y ojalá, ojalá, ojalá… Pero está probado y comprobado que significa tarea titánica… Proeza de héroes superiores… Más por ejemplo, cuando en el Registro Civil y la banderilla judicial los divorcios se multiplican… Y los divorcios, cierto, en su mayoría, de parejas jóvenes, pero también adultas y seniles… Un divorcio, por ejemplo, manifiesta que la tolerancia jamás pudo instaurarse… Y ninguna parte expresó voluntad para entender y comprender a la otra… Y como toda convivencia humana resulta imposible, entonces, la única salida es la separación… Es decir, el fracaso rotundo de la tolerancia… (lv)