Tregua carnavalera
•De pronto, cero violencia
•Pacto narcos y gobierno
PASAMANO: Perspicaz y suspicaz, el politólogo Carlos Ronzón Verónica apunta lo siguiente... En los días del carnaval jarocho, los carteles y/o cartelitos, los Zetas y/o Zetitas, disminuyeron el tsunami de violencia en Veracruz y durante la fiesta de la carne nadie habló ni tuvo conocimiento de fuego cruzado entre malosos y malosos y fuerzas armadas y malosos, tampoco de muertitos, menos de secuestros y desaparecidos
Luis Velázquez
Pareciera, dice el maestro, como si entre, digamos, la secretaría de Seguridad Pública y los capos existiera un acuerdo para dejar en paz a la población en días festivos, como por ejemplo, también pudiera ocurrir en Semana Santa… Incluso, el profe aplicó un seguimiento tanto a la prensa local como a los medios de norte a sur de la entidad próspera y en ningún momento detectó noticias escabrosas… Y por eso mismo, siente, percibe, olfatea una especie de contubernio, valores entendidos, entre las partes, para bajar el tono a las horas revueltas y turbulentas… Sin embargo, unas horas después del último desfile de carnaval, incluso, el mismo miércoles de ceniza, cuando en la noche sepultan al llamado Juan Carnaval, en el otro extremo de Veracruz, en Las Choapas, el hijo de un ganadero fue secuestrado… Pero además, indicativo y significativo, porque meses anteriores a una de sus hijas también se la llevaron… Y más aún, en Las Choapas, donde, y como se recuerda, fuera concentrado el reportero policiaco, Gregorio Jiménez de la Cruz, para ser mutilado de la lengua, decapitado, asesinado y sepultado en una fosa clandestina, y que puso a Veracruz en “el ojo del huracán” tanto nacional como internacional, pues hasta la estación televisiva más importante del Medio Oriente, Al Jazeera, envió a trabajadores de la información a Coatzacoalcos para un reportaje sobre el caso Goyo… Pero, además, horas después del fin del carnaval, el Río Blanco, a la altura de Cuichapa, lanzó un cadáver putrefacto, devorado por zopilotes… Y en Boca del Río, un banco, Bancomer, se convertía en el octavo banco atracado… Y otro, Santander, igualmente en Boca del Río…Y en Rodríguez Clara se suscitaba una balacera en la madrugada que, bueno, permitió rescatar a ocho personas secuestradas, al parecer, originarias de Las Choapas…
BALAUSTRADAS: En la mirada suspicaz y perspicaz de Ronzón, los políticos están bajo sospecha de una posible alianza con los carteles y/o cartelitos… Nadie, por ahora, quede claro, y a falta de testimonios, evidencias y coincidencias, diría que es el caso del gabinete legal y ampliado del Veracruz próspero…Por el contrario, bastaría revisar la hemeroteca de la prensa defeña para confirmar que, en efecto, entre el grupo gobernante y los carteles se han dado peligrosas alianzas que llevaron al país a un infierno… Incluso, el lector recordará que en algunas entidades federativas se ha dicho que han impuesto alcaldes y diputados locales y federales… Lo peor que sucedería en Veracruz es que nos acostumbremos a creer que los muertos, secuestros y desaparecidos forman parte de la normalidad… El caso del Zar Antidrogas, el general Jesús Rebollo, aun cuando pudiera decirse que fue un caso excepcional, manifiesta el grado de corrupción… Y más si se considera que, por ejemplo, los Zetas fue integrado con ex militares que de pronto descubrieron en el sórdido mundo del narcotráfico un paraíso terrenal… Sin embargo, convendría explorar los hechos y circunstancias para aproximarse a la verdad sobre el receso de la delincuencia organizada en el caso del carnaval jarocho, porque, bueno, mínimo la duda queda clavada… Y más, cuando si miramos hacia atrás, los 35 cadáveres tirados en la avenida Ruiz Cortines, de Boca del Río, cuando la cumbre nacional de procuradores de Justicia y presidentes de los Tribunales Superiores de Justicia, significó un momento oportuno con un gran impacto social, y en donde siempre se afirmó que atrás del operativo estaba Joaquín “El chapo” Guzmán, en la gran disputa con los Zetas por la plaza Veracruz… Es decir, se trató de una acción calculada y programada, como también pudo ocurrir con la tregua en el carnaval jarocho…
ESCALERAS: Y, bueno, si así fuera, quizá convendría esclarecer si en el fidelato, el alemanismo y el chirinismo, cuando los carteles operaban en Veracruz, digamos, con un bajo perfil, sin tantas muertes y secuestros y desaparecidos, estábamos mejor al Veracruz de hoy… Entonces, todos los señores de la droga tenían cabida y hacían negocios, pero cuando menos se respiraba la paz de los sepulcros… Ahora, siguen aquí y hacen negocios como si estuvieran en tierra fértil, pero además, han sembrado de cadáveres y cruces y de llantos y dolores los hogares del territorio estatal… Además de que a cada rato hay marchas y protestas de los familiares de los secuestrados y desaparecidos y asesinados reclamando justicia y el fin de la impunidad… Y es que en cada pueblo de norte a sur se vive con miedo y temor, con incertidumbre y zozobra… Los padres de familia, por ejemplo, llevan a la hija a la disco y con regularidad se quedan afuera, en el automóvil, dormitando, a que la chica termine de convivir con los amigos, temerosos, con justa razón, de que alguna desgracia pudiera ocurrir… Las familias se repliegan en sus hogares apenas oscurece y pocas, excepcionales, sacan el sillón tlacotalpeño a la banqueta para disfrutar el aire tibio de la tarde y platicar… Publiquen lo que deseen los medios, pero nadie puede ocultar la realidad avasallante que padecemos… Pero, bueno, mantengamos el optimismo, pues como dice el comandante naval, en los 40 municipios de mi jurisdicción solo hay 4 secuestros por día “y son normales”… Es decir, 120 plagios al mes “son normales”… O sea, 1,440 al año “son normales”… Lo peor de todo sería que de pronto, zas, los 8 millones de veracruzanos empecemos a decir que los raptos y desapariciones y asesinatos “son normales” y, por tanto, creamos que forman parte de la vida cotidiana y los veamos como, digamos, la salida del sol, el vuelo de una gaviota en la bahía, tomarse un café con una canilla…