Una especie de “piñatita” contra quien siempre, siempre, siempre, se apretará la Magnum y la R-15.
Incluso, porque es el camino derecho, derechito, a la gloria.
Gloria efímera, claro, gloria al fin.

PASAMANOS: Con los comics la historia se reproduce. Y en tierra fértil. Clara. Nítida. Transparente.
Superman con su Lex Luthor y Brainicc, sus archienemigos. Además, claro, de la kriptonita.
El Hombre Araña con El Duende Verde y Kingpin.
Batman, con El Joker, también conocido como El Guasón.
Sherlock Holmes, el famoso y eficiente y eficaz detective, con el profe James Moriarty.
Por eso, Cuitláhuac García Jiménez inventó su antihéroe. Se llama Jorge Wínckler. El fiscal general de su antecesor, Miguel Ángel Yunes Linares.
Días anteriores con otra prisión preventiva por tortura, el mismo delito desde hace rato.
Nahle de igual modo declaró a Wínckler su antihéroe. El malo de su película sexenal.

CORREDORES: Antes, mucho antes de tomar posesión, Nahle tenía su cuadro de honor con sus “piñatitas”.
Piñata una: Miguel Ángel Yunes Linares.
Piñata dos: Miguel Ángel Yunes Márquez.
Piñata tres: el empresario Arturo Castagné, sentenciado por una juez a indemnizar a Nahle por daño moral por un total de catorce millones de pesos y que, bueno, luego del desaguisado el asuntito parece estar en el limbo, aun cuando, claro, bien pudiera tratarse del tiempo jurídico.
Piñata cuatro: Éric Patrocinio Cisneros Burgos, el secretario General de Gobierno que con la venia de Cuitláhuac García cabildeó la nominación de MORENA a la gubernatura cuando estaba reservaba para Nahle.

BALCONES: Piñata cinco: Zenyazen Escobar, el secretario de Educación quien desde un principio se creyó y/o Cuitláhuac le hizo creer que era su favorito para la sucesión.
Y resbaló y fue de pique como un tsunami en el palenque partidista.
Piñata seis: Manuel Huerta Ladrón de Guevara, y quien amigo de Andrés Manuel López Obrador desde antes de su dirigencia en el CEN del PRD, ejerció el derecho de antigüedad para la candidatura a la jefatura del Poder Ejecutivo estatal cuando ya escriturada estaba para Nahle.

PASILLOS: Piñatas siete y ocho: la advertencia de su chef, Eusebia Cortés Pérez, subsecretaria de Desarrollo Social, a los líderes nacionales de MORENA, Luisa María Alcalde Luján y Andrés Manuel López Obrador, de que si admiten a Yunes Márquez como militante, entonces, “todas las mujeres nos iremos de MORENA”.
Piñatas nueve, diez y once: el fuego amigo declarado a los legisladores Adán Augusto López Hernández, Gerardo Fernández Noroña y Ricardo Monreal Ávila por el juego dado al senador Yunes Márquez, primero, para su defensa ante el bombardeo panista.
Segundo, para incorporarse a la bancada senatorial de MORENA.
Y tercero, el cabildeo (incluso ante AMLO, el ex) para aceptarlo como un Morenaco más.

VENTANAS: Se ignora si el abanico de piñatas de Nahle incluirá a otros más.
Pero en tanto pudiera darse el trascendido, en cuatro meses de gobierno significan las once piñatas anteriores el resultado político y social en los primeros cuatro meses de ejercer el poder con el sello personal.
Más que “La Bamba” fermentada en sus neuronas y el corazón, “La marcha de Zacatecas” está vigente por aquella estrofa donde la vida se reduce a dos opciones.
Vencer o morir. (lv)