Terror en E.U.
**Cerrados hoteles...
**De migrantes
ESCALERAS: Mientras las tribus Morenacas festinan una tregua de Donald Trump para los aranceles, luego, incluso, de los diez mil policías federales enviados a la fronte norte para frenar a los migrantes y del envío de veintinueve capos a Estados Unidos, los migrantes ilegales y legales siguen en el infierno en el país vecino.
De por medio, ayer, el aumento del 25 por ciento al cincuenta por ciento de los aranceles al acero y el aluminio.
Y que, desde luego, se entendería pega duro a Veracruz, entre otras razones, por la gran industria de TAMSA, Tubos de Acero de México.
En el caso de los migrantes en EU, la orden del presidente municipal de Nueva York para cerrar 53 (cincuenta y tres) hoteles y albergues de los indocumentados.
Y, claro, muchos hoteles con precios accesibles y hasta permitiendo vivan y duerman hacinados como si estuvieran en una crujía mexicana.
PASAMANOS: En Nueva York hay un barrio conocido como “Corona”. De hecho y derecho, un hogar, un refugio, un santuario para los mirantes latinos.
Con un montón de restaurantes teniendo como platillo principal los sabrosos tacos mexicanos.
Los tamales. Las tortas. El atole. Y el cafecito de olla.
Además, la venta de ropa usada.
De acuerdo con la estadística oficial, el 75 por ciento de la población en el gran barrio “Corona” son hispanos.
Todavía más, mexicanos.
Incluso, en vez de que a Nueva York le llamen por su nombre, siete y miedo de cada diez habitantes le llaman “Puebla York” porque parte sustancial de la población son poblanos.
CORREDORES: Entonces, y dada la feroz persecución de la policía migratoria norteamericana, los restaurantes y centros de diversión del barrio “Corona” totalmente desiertos.
Vacíos.
El miedo. “El miedo al miedo”. El pánico. El terror.
Los niños de migrantes sin asistir a la escuela por temor a que aterrice por ahí la patrulla migratoria y se lleve a los niños.
La venta de tacos, tamales, tortas, tole y cafecito de olla… en la peor depresión de la historia según reportaje en The New York Times.
BALCONES: Desde Palacio Nacional convocan a los mexicanos a la lealtad patriótica.
Pero en los hechos reales olvidan, parecen olvidar, la razón de peso y con peso para que treinta millones de paisanos (de los cuales un millón son originarios de Veracruz) estén de migrantes en EU.
Simplemente, la incapacidad de las tribus políticas para animar y reanimar la creación de empleos en las regiones indígenas, campesinas, obreras, suburbanas y urbanas para arraigar a la población en sus lugares de nacimiento.
Y/o en todo caso, en sus regiones geográficas.
Los migrantes se van por un par de razones fundamentales:
Una, el desempleo, el subempleo y los salarios pichurrientos.
Un migrante lo dijo del siguiente modo: “Peor ser pobre en EU que en México”.
Y dos, el tsunami (descarrilado) de violencia con secuestros, desapariciones, extorsiones, asesinatos, feminicidios y fosas clandestinas.
PASILLOS: En el suelo y el subsuelo, la cruda realidad:
No hay empleos dignos, estables y cubiertos con justicia laboral para los treinta millones de paisanos en el otro lado.
Vaya, ni siquiera para los egresados de universidad y tecnológico público y privado.
Si bien les va a todos ellos una chambita por ahí con un salario de entre cinco a seis mil pesitos mensuales.
Y sin las prestaciones económicas, médicas y sociales establecidas en la Ley Federal del Trabajo.
Y a prueba, pues los patroncitos (ya se sabe, ajá) son muy generosos, solidarios y caritativos. (lv)