Se pasaron de tueste…
**Alcaldes de 18 años de edad...
**Gobernadores de 28 años
UNO. Delirio político en Nuevo León
El Congreso de Monterrey se “ha pasado de tueste”. Quizá habrían fumado mota. Y de la peor. Por ejemplo: aprobaron en comisiones reformas a la Constitución para reducir de treinta a 28 (veintiocho) años la edad para gobernar el Estado regio.
Y de postre, achicar la edad para ser presidente municipal y diputado local de 21 a 18 (dieciocho) años de edad.
Ya podrá el lector vislumbrar, imaginar, perfilar, el ejercicio personal del poder político de un chico de 18 años como alcalde.
Y/o como diputado local, con todo y que en Veracruz un familiar de la secretaria de Educación fue ungida como legisladora local a los 19 (diecinueve) años.
Y, claro, legisladora pluri.
Es decir, sin hacer campaña. Sin ganar un centavo. Y sin exponerse a una derrota en las urnas.
DOS. Inmadurez neurológica
Peor, mucho peor, abrir la puerta para que a los 28 años de edad un muchacho gobierne el estado de Nuevo León.
Ni siquiera a Porfirio Díaz Mori y/o a Benito Juárez y/o Antonio López de Santa Anna se les habría ocurrido.
Más, porque hasta antes de los treinta años de edad (o más), la mayoría de jóvenes están en formación social, económica y política.
Y más porque entonces, la frivolidad y la vanidad y el valemadrismo y la egolatría y el súper ego suelen dominar la vida de un ser humano.
TRES. Vaya iniciativas de ley…
Se explica: El góber emecista, Samuel García, ocupó la silla embrujada del palacio de Nuevo León a los 33 años, la edad cuando Jesucristo fue crucificado en el Gólgota.
Y el priista Rodrigo Medina, el otro más joven, fue gobernador a los 37 años.
Ahora, caray, Samuel García, tan entregado a la presidenta Claudia Sheinbaum y exhibido al detalle en la revista Proceso con tantos negocios a la sombra del poder, pretende ingresar a la historia local con tales iniciativas de ley.
CUATRO. Sumisión política total…
Ningún diputado local ni federal…
Ningún Senador de Nuevo León…
Ningún funcionario del gabinete legal y ampliado de Samuel García…
Nadie se ha inconformado.
La sumisión a la voluntad, capricho y berrinche del góber regio.
Un error del tamaño del mundo encumbrar a un chico de 18 años como presidente municipal y diputado local.
Y peor, mucho peor, que a los veintiocho años un chico sea gobernador y con toda la fuerza política, económica, social, educativa, de salud, seguridad, procuración de justicia y desarrollo humano que significa.
CINCO. Tentadas otras tribus políticas
Por aquí en Nuevo León sea avalado en el pleno la reforma y la Constitución de Nuevo León sea modificada, muchos gobernadores caerán en la tentación superior de reproducir y copiar el modelo.
Está bien que la mayoría de la población nacional sea joven. Incluso, en un país de jóvenes y viejos.
Pero otra cosita y hecho significa otorgar un poder político excesivo a los chicos que todavía huelen a orines.
Y aquello de que les serán nombrado asesores está “en chino”.
Más, porque con frecuencia asesores y nada son sinónimos.
Un desliz populachero en Nuevo León oliendo a demagogia pura. (lv)