Con todo y que la iniciativa de la presidenta Claudia Sheinbaum para erradicar el Nepotismo y la Reelección surta efecto hasta el año 2027, pues en todo caso, ley universal, el poder público nunca es propiedad de una tribu partidista y/o de un cacique político.
Incluso, el Senador mostró una carpeta donde, aseguró, tiene la lista completa de todos y cada uno de los más de cien alcaldes pretendiendo heredar la silla embrujada del palacio a esposas, hijos, hermanos, tíos, sobrinos y compadres.
Y quizá a uno que barbie poderosa y en funciones.
Y, bueno, de ser así, por interés público y social y político y moral y ético, Manuel Huerta debiera publicitar su listita.
Más a tono con el himno nacional de que “un alcalde… en cada hijo te dio la patria”.
Y más cuando en MORENA “se curan en salud” con “la honestidad valiente y la purificación moral” con todo y que un hijo de Andrés Manuel López Obrador, Andy, es el secretario de Organización de MORENA y a quien perfilan como el inminente candidato presidencial guinda en el año 2030.
Y cuando en Zacatecas, los catorce hermanos de la dinastía Monreal Ávila van de nuevo por la gubernatura.
Y en Guerrero, el senador Félix Salgado Macedonio sueña desde ahora con la candidatura de MORENA a la jefatura del Poder Ejecutivo estatal usufructuada por su hija.
Simplemente, el senador ha pegado “un jonrón con casa llena”.
Ha puesto al coordinador estatal de MORENA, Zepeda, entre la pared y la pared.
Ha puesto bajo sospecha, mejor dicho, exhibido la vocación dictatorial de las tribus políticas de su partido,
Las presidencias municipales listas para repartirse entre más de cien familias.
Y solo del lado MORENA, pues en los otros partidos también son iguales, igualitos, o peores.
Las alcaldías como si fueran una hacienda porfirista con el patroncito y el capataz y el látigo en la mano.
La silla edilicia como una herencia económica para las familias encumbradas en el poder púbico.
Los Ayuntamientos, como un negocito familiar, pues ni modo alardeen que la vocación social estremece sus vidas.
El saqueo.
El latrocinio.
“Ordeñar la vaca”.
“Meter las manos al cajón”.
El Dedazo para la obra pública.
Las empresas fantasmas.
Inflar el presupuesto.
Cargos públicos para el resto de las familias.
La lista del senador Huerta con los más de cien alcaldes intentando heredar la silla a familiares “es oro molido” y con un gran interés social.
Lo dijo un presidente municipal priista: “Dejé de ser alcalde y dejé de ser pobre”.
Y de ñapa, se pitorreaba.
Y por eso mismo, y como sociólogo militante de la izquierda desde el salón de clases en la Universidad Veracruzano, gran favor social haría a la población jodida de Veracruz.
Y desde luego, a MORENA.
Todos ellos merecen exhibirse.
Con los más de setenta años priistas en Palacio Nacional y las gubernaturas la población quedó harta.
Y también con los doce años del panismo en la presidencia de la república.
México encaramado en el primer lugar mundial de corrupción.
En MORENA, todo indica, van igual, o parecen caminar igual, que sus antecesores del siglo anterior.

2 (Nepotismo histórico)

La listita del Senador resulta impresionante.
Y con el simple enunciado.
Quizá, quizá, quizá, antes de revelar la lista bien la habría turnado, digamos, al CEN de MORENA con los dirigentes Luisa María Alcalde y Andrés Manuel López Beltrán.
Y sin duda, a la presidenta de la república.
Y a la secretaria de Gobernación.
Acaso, a Nahle, como jefa del Poder Ejecutivo estatal.
Y nomás para dejar testimonio, a Zepeda.
Pero con todo, resulta insuficiente para detener la avalancha del nepotismo.
Todos y cada uno de los más de cien alcaldes (mujeres y hombres) en funciones han de ventilarse en el palenque.
Y publicitarse en los medios.
Y/o en las redes sociales.
Y/o en un video de largo alcance.
Más, porque una fechoría política, social y moral está, estaría a punto de cometerse.
Si los presidentes municipales en funciones intentan el asalto al palacio significaría que desde adentro ya les dieron permiso.
Y se mueven.
La cultura priista, el punto de partida, “al rojo vivo”.
Lo dijo José López Portillo al referirse a su hijo mayor: “El orgullo de mi nepotismo”.
Y todos en el PRI… le aplaudieron.
Benito Juárez García otorgó cargos públicos a sus tres yernos y para felicidad de sus hijas.
Porfirio Díaz Mori ordenó a su hijo formar varias compañías constructoras.
Y durante más de treinta años, Porfirito construyó la obra pública oficial y de todos y cada uno de los gobernadores porfiristas.
Y a su único yerno impuso de diputado federal y cuando descubriera que era homosexual lo vetó para la candidatura a gobernador.
Francisco I. Madero nombró a un tío ministro de Hacienda y al hermano menor, Gustavo, legislador federal y con recursos públicos le financió un periódico, Nueva Era.
Plutarco Elías Calles impuso a un hijo como gobernador de Nuevo León y al otro como diputado federal y ministro Sin Cartera. (lv)