PRI, en la lona
**Alcaldía otra vez
**¿Nacida para perder?
UNO. PRI noqueado...
Carolina Gudiño Corro es la candidata del PRI de Alito a la presidencia municipal de Veracruz. La buscará por segunda ocasión. La primera, con Fidel Herrera Beltrán de gobernador. Pero, bueno, la conseja popular siempre cacarea que “los mejores tiempos son del pasado”.
Nunca, por ejemplo, es ni será igual ser nominada por el PRI con Fidel Herrera de jefazo del Poder Ejecutivo a ser candidata del tricolor, primero, sin un gobernador al mando.
Segundo, sin ninguna fuerza política estatal ni nacional poderosa y avasallante.
Más, con un Alejandro Moreno de presidente del CEN tan desacreditado y desprestigiado.
Y, claro, con un PRI en la lona. Noqueado. Sin aliento para levantarse para el siguiente round.
DOS. PRI del siglo XXI
Además, con un partido guinda y marrón como MORENA considerado el PRI del siglo XXI.
Es decir, una MORENA tan poderosa como durante más de setenta años fue el tricolor, de 1929 al año 2000.
Tiempo cuando México fue encumbrado en el primer lugar mundial de corrupción por sus tribus en el peldaño más elevado de la escalera del poder.
TRES. Fidel Herrera, fuerza telúrica
En el Fidelismo, el mismo gobernador significó una fuerza telúrica en material social y electoral.
Todas aquellas lealtades partidistas y sociales gravitando alrededor del “tío Fidel” (le compusieron setecientas canciones de todos los géneros y hasta boleros cariñosos) empinaron a Carolina Gudiño en la silla imperial y faraónica de la alcaldía.
Ahora, “veinte y las malas” que aquella vorágine electoral y social está con MORENA.
Una premisa universal: las becas bimensuales de seis mil pesos a las ancianas y señoras de sesenta años pa’lante.
Y a los ni-nis, jóvenes que ni estudian ni trabajan.
Y a los Campesinos (y no campesinos) sembrando árboles.
Bastaría referir que en las filas de la cobranza bimensual se anotan señoras casadas con gente rica, pudiente y hasta millonaria.
CUATRO. Lealtad partidista
Entonces, la lealtad partidista de todos ellos está, estaría, con MORENA.
Y en el lado de MORENA y por encima de los ex priistas Anilú Ingram Vallines y José Ruiz Carmona, El Pepín (Prepín lo rebautizó el senador Manuel Huerta), la diputada federal, Rosa María Hernández Espejo, es mano.
Y con la fuerza económica y social y sicológica de las Becas Bimensuales…
Y de Nahle…
Y de ella misma con su militancia guinda y trayectoria pública, tendría asegurado el triunfo en las urnas.
Claro, nadie descarta el proverbio popular de que “la vida suele dar grandes sorpresas”.
Pero… se insiste, nunca es ni será igual ser candidata de Fidel Herrera a ser candidata, digamos, de Alito.
Y por Dedazo, claro.
CINCO. Mujer contra mujer
Política contra política. Inteligencia contra inteligencia.
Experiencia y fogueo contra fogueo y experiencia.
Habilidades y sensibilidades contra habilidades y sensibilidades.
Estrategias contra estrategias.
Mañas contra mañas.
Partido político contra partido político.
La madre de Fidel Herrera Beltrán se lo dijo cuando partiera de Nopaltepec a buscar y explorar la vida pública:
“Nada tengo que heredarte, hijo. Pero te daré un consejo:
“Nunca pelees con una mujer porque es pelear con doscientos hombres al mismo tiempo”.
SEIS. Camino al Gólgota
En par de ocasiones, Hernández Espejo buscó la elección y reelección como diputada federal y ganó la curul.
En dos ocasiones, Carolina Gudiño buscó la curul. Ganó en una. Perdió en la segunda.
De entrada, Gudiño es demasiado valiente para aceptar la candidatura priista a la presidencia municipal.
En el camino a la campaña electoral y los comicios lleva una cruz a cuestas y sobre un sendero lleno de espinas, cardos y abrojos.
Además, todo parece, derecho, derechito al Gólgota, su Gólgota. (lv)