Fiscal: ¿se va o queda?
**Tortura sicológica
**Una mujer luchando...
ESCALERAS: El caso de la fiscal general parece una especie de tortura sicológica.
Se va o se queda.
Ella, claro, ya lo precisó: busca terminar los nueve años y para los cuales fue elegida.
Pero... el diputado local, jefe máximo de la JUCOPO, Junta de Coordinación Política, el hombre de confianza de Nahle, también lo dijo: “Lo que es... es. Y lo que no... nunca va a ser”.
Cantinflas, el cómico con su lenguaje garigoleado, se quedó chiquito.
Luego, Esteban Bautista Hernández lo aclaró: “El caso podría abrirse en los próximos días”.
PASAMANOS: Más, cuando la ONG El Solecito ha insistido en el tema de la renuncia.
Más, cuando un diputado local, y de MORENA, interpuso iniciativa de ley para achicar el periodo de nueve a cuatro años.
Más cuando el legislador local de la iniciativa, gente de Nahle, es francotirador.
Y más, cuando tiene su Cartel Mediático para evitar enlodarlo en tráfico de influencias con obra pública y servicios concesionados fast track.
Simplemente, espera cardiaca.
CORREDORES: Con tantos vientos huracanados y turbulentos en contra, la Fiscal pareciera estar jugando una gran pulseada.
Se va o se queda.
Y si se queda, caray, vaya derrota política, social y jurídica para Nahle, aliados y asociados.
Y derrota para la gobernadora porque de algún modo ella misma ha alentado la posibilidad de la renuncia y/o la renuncia misma.
Sobre todo, porque siempre se ha manejado que la Fiscal debe su cargo al primer secretario General de Gobierno de Cuitláhuac García, Eric Patrocinio Cisneros Burgos.
El mismito que soñara con la candidatura guinda y marrón a la gubernatura cuando todo estaba predestinado para Nahle.
Y porque, además, la fiscal general anduvo de dama de compañía de Cisneros cortando listones en ferias y coronando a las flores más bellas del ejido.
BALCONES: Los día y noches caminan con el desgaste político y social de ambos lados.
Se va o se queda.
Si se va, entonces, el gobierno del Estado habrá alcanzado “la plenitud del pinche poder” como dijera el memorable y citable y bíblico Fidel Herrera Beltrán.
Más ahora cuando el PRI lanzó como candidata a la presidencia municipal de Veracruz (y por segunda ocasión) a la fidelista Carolina Gudiño Corro.
Y teniendo en el lado Morenaco a la diputada federal, Rosa María Hernández Espejo, trabajando la plaza, y desde la izquierda, desde hace años.
PASILLOS: De hecho y derecho, la procuración de justicia deja mucho, demasiado, qué desear en Veracruz.
Por ejemplo, de 34 (treinta y cuatro) Colectivos, integrados con madres y padres con hijos y parientes desaparecidos, y en que los dejara Cuitláhuac García, hoy existen 46 (cuarenta y seis).
Indicativo: todos los Colectivos en contra de la fiscal general.
Tiempo aquel, con el Rey de la Salsa y el Danzón, de menosprecio y desdén para los Colectivos y para las víctimas.
La Fiscal, enfrentando la peor tortura sicológica de su vida.
Incluso, el fuego amigo, pues hacia el final del día y de la noche, unos y otros son Morenacos.
Morenacos pero pertenecientes a tribus y elites políticas diferentes.
VENTANAS: Ya se verá el número de días que para Esteban Bautista significan “los próximos días… para abrirse” el asuntito en el Poder Legislativo.
La gran decisión, ajá, vendrá de los diputados locales y cuyo pastor máximo es el legislador federal en par de ocasiones y dos veces presidente municipal de su pueblo.
Claro, bien puede ocurrir que se atraviese el antecedente de Juan Javier Gómez Cazarín con sus trastupijes y Bautista Hernández con el revire.
Y ni hablar, así es la política.
La jefa es la jefa.
En la Revolución, inducido por el cronista John Reed, Pancho Villa encuestó a las Adelitas cuando preparaban la cena sobre su decisión para castigar a los traidores.
Todas, contestaron: “Yo… los fusilaría”.
Villa exclamó: “¡Qué duras y rudas son las mujeres!”. (lv)