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Expediente 2025
Lunes 27 enero, 2025

Agresiones a reporteros

1 (Cinco días sin Alan García Zúñiga)

Una vez más, los agresores a los trabajadores de la información en Veracruz fueron exhibidos. Fue cuando la CEAPP, Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas, compareció en el Congreso local.
De nuevo, la realidad repetida. En la lista negra:
Uno, los policías de la secretaría de Seguridad Pública.
Dos, funcionarios municipales. Y en el caso, de Altotonga, Las Choapas, Minatitlán, Coahuitlán, Ixtaczoquitlán y Mecayapan.

Tres, particulares.
Y, cuatro, “personas servidoras públicas estatales”.
¿Y?
Pues simplemente, que nada pasa.
En otras ocasiones, cuando el reportero Silverio Quevedo Elox era el titular (de Miguel Ángel Yunes Linares a Cuitláhuac García Jiménez), de igual modo fueron exhibidos “en la mesa de los sacrificios” los mismos responsables de los agravios a los reporteros, fotógrafos y camarógrafos.
Insólito, inédito, inverosímil: En ningún momento la CEAPP incluyó a los carteles y cartelitos, sicarios y pistoleros, malandros y malosos.
Digamos, como cuando con Javier Duarte alcanzaron “la plenitud del pinche poder” con diecinueve colegas asesinados, entre ellos, hasta decapitados, más tres desaparecidos… hasta anoche.
Con todo, “el dedo flamígero” de la CEAPP ahí quedó, pero, caray, sin ningún resultado social.
Ahora mismo, por ejemplo, se cumplen cinco días (el miércoles 22 de enero) de la desaparición del reportero Alan García Zúñiga en Poza Rica y nada de nada.
Como si hubiera sufrido el mismo fenómeno esotérico de Remedios, la bella, en la novelística de Gabriel García Márquez elevándose al cielo cuando tendía ropa en el patio de la casa y desaparecida para siempre.
Hay quienes (y como siempre ocurre) desdeñando a Alan García que porque era bloguero.
Primero, fue corresponsal de El Dictamen y Telever.
Segundo, laboró en medios locales.
Tercero, tenía una videocolumna intitulada “Firmo y afirmo”.
Cuarto, dicen que era bloguero… pero, caray, en un tiempo cuando los diaristas han dejado de reportear y ahora reportean a las redes sociales, desde WhatsApp y Tik Tok hasta tuiters y videoconferencias.
Y quinto, Alan García laboraba como camillero del hospital de Pemex en Poza Rica para garantizar la despensa, el itacate y la torta en casa dado los miserables y pichurrientos salarios de los medios en los medios.
Y cinco días después del secuestro y desaparición del colega de Poza Rica, nunca más se ha ocupado la CEAPP.
Lo mismo sucedió con los diez reporteros ejecutados en el sexenio de Cuitláhuac García.
Y los cinco con Yunes Linares.
Y los 19 (diecinueve) con Javier Duarte.
Y los cinco con Fidel Herrera Beltrán.
Y uno con Miguel Alemán Velasco.
Es la historia de la CEAPP.
En todo caso, ni hablar, una dependencia más del gobierno del Estado.
Y con sueldos y canonjías de excelencia para los ejecutivos.
Seis años en el paraíso terrenal.

2 (CEAPP “se lava las manos”)

Desde hace muchos otoños e inviernos estamos en un círculo vicioso con las agresiones a los medios.
Por ejemplo:
Que los policías son los responsables y/o culpables y todos ellos tan campantes.
Que son funcionarios municipales y como si estuvieran blindados, incluso, con permiso oficial.
Que burócratas, como si “una mano meciendo la cuna” porque de igual modo, como los anteriores, intocables.
La CEAPP creerá que basta y sobra con la comparecencia en el Congreso para cumplir con la tarea.
Casi casi como la Comisión Estatal de Búsqueda boletinando con todo y foto a las personas secuestradas y desaparecidas.
Y luego, “lavándose las manos”.
Los medios esperan, por ejemplo, que la CEAPP interponga la denuncia penal en la Fiscalía General pues de seguro con su informe tendrán “más que los pelos de la burra en la mano, la burra completa”.
Segundo, el puntual seguimiento a cada denuncia interpuesta hasta agotar la paciencia de la Fiscalía General.
Tercero, la sistemática campaña en los medios para dar cuenta de los avances y/o lentitudes de la denuncia penal presentada.
Pero, bueno, los cargos en la CEAPP provienen, y como siempre, del gobernador (a) en turno y a quienes todos ellos deben lealtad y hasta gratitud.
Y ni hablar, “la vida es así y qué le vamos a hacer”.

3 (Su Majestad, la Señora Impunidad)

Los policías siguen agrediendo a los reporteros y fotógrafos y camarógrafo porque saben, están conscientes, seguros, ciertos… de la impunidad.
Y también los funcionarios municipales.
Y los burócratas.
Y los particulares.
¡Ah!, pero la CEAAP está ahora metida en “un Reglamento Técnico integrado con un Consejo de Evaluación Integral de Medidas, en donde se hace un análisis muy específico (muy específico) para lograr que se ejerza la libertad de expresión con fines informativos” (La Jornada-Veracruz, viernes 24 de enero).
Lo anterior suena a “una cacería de brujas”.
Desde las alturas, los miembros de ese Consejo darán cátedra de la libertad constitucional para expresarse.
Mucha, demasiada, jiribilla desde el inicio con el título del Consejo de Evaluación Integral de Medidas.
Así, por ejemplo, inició su tiempo Joseph Goebbels, el súper ministro de Información de Adolf Hitler según cuenta en sus tres libros autobiográficos, sus diarios de aquellos días y años oscuros, torrenciales, huracanaos y sangrientos de la humanidad.
Más, mucho más indicativo cuando a partir del primero de abril, 2025, el IVAI, Instituto Veracruzano de Acceso a la Información, será borrado “de la faz de la tierra”.
Por tanto, los trabajadores de la información dejarán de tener medios para la consulta privilegiada.
Veracruz, sin embargo, ya se sabe, “está de moda”… hasta en Europa.
Ta’gueno.
Posdatita: cinco días hoy sin Alan García Zúñiga.
La CEAAP, en la contemplación mística.
¿Qué sentirán y pensarán los turistas españoles alistando maletas para aterrizar en Veracruz como en una avalancha humana? (lv)


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