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Lunes 27 enero, 2025

Último feminicidio

**Una comerciante
**En Cuichapa

UNO. Último feminicidio

El último feminicidio en Veracruz en la era Nahle fue en Cuichapa. Una comerciante de 37 (treinta y siete) años de edad fue asesinada.
Par de sicarios llegaron al acceso en su vivienda en una motocicleta y la rafaguearon.

Saña. Barbarie. Alevosía. Ventaja. Premeditación. Y perversidad.
Fue el jueves 23 de enero. Hacia las 5 de la tarde. En la colonia 5 de mayo.
Ella quedó tendida en el suelo con dos balazos en la cabeza.
Se llamaba María Eugenia Rivera.
La estaban cazando. Iban por ella. Era el objetivo.

DOS. Descarrillado escurridero de sangre

Si Cuitláhuac García Jiménez encumbró a Veracruz en el primer lugar nacional en feminicidios, luego compartido con otras entidades federativas, ahora, en la era Nahle el escurridero de sangre femenina continúa imparable.
Con todo y la frasecita memorable, citable y bíblica de que “vamos a cuidar a las mujeres”.
A la altura de la leyenda de Cuitláhuac de que “las mujeres pueden soñar”.
Nada, pues, ha cambiado. Todo sigue igual. Mejor dicho, peor en materia de feminicidios.
Y peor, porque la cantaleta cacareada es que “la inseguridad ha bajado muchísimo”.
Y de sorna, de burla, de ironía, de pitorreo, la otra frasecita:
Los feminicidios “son hechos aislados”.
Caray, y como dicen en el rancho, “queriendo tapar el sol con un dedo”.

TRES. Nada de la primera mujer plagiada

Ya está dicho. Pero como escribiera Andrés Gide, “como nadie hace caso necesita repetirse”.
El 3 de diciembre, la primera mujer secuestrada en Veracruz en la era Nahle. Fue en Ixtaczoquitlán. Burócrata municipal.
Y hasta anoche, ninguna autoridad local ni estatal ocupándose del asunto.
De hecho y derecho, apostando al olvido
El 6 de diciembre, la primera mujer asesinada. Y en la ciudad jarocha. La mató un cafre del volante de la línea Pochota. Se llama Olga Lidia Rosales García. 49 años.

CUATRO. Jalar turismo de España

El 9 de diciembre, en el poblado Huiloapan, en la congregación Juan Díaz Covarrubias, en el municipio de Hueyapan de los Gómez Cazarín, la primera mujer asesinada.
Su cadáver cubierto con tierra de la cintura para abajo.
De ahí pa’lante, nueve feminicidios más.
Se insiste: nueve feminicidios.
Y todavía así, caray, con todo el desdén, la indiferencia y el menosprecio, viajar a Madrid, España, para jalar (ajá) turismo europeo a Veracruz.

CINCO. 4 mil 400 desaparecidos

Lo escribió Ciro Gómez Leyva: “La elite de la 4T es un club en donde no se pide cuentas a los socios”.
Lo escribió Pascal Beltrán del Río, director editorial de Excélsior: “Hay en el gobierno federal un silencio sobre las desapariciones. A pesar de los casi 4 mil 400 casos que se han acumulado desde el inicio del sexenio. El tema no alcanzó mención en el informe de los primeros cien días de la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum”.
Es decir, la política de ocultar la realidad.
De no hablar de los hechos concretos y específicos.
De fingir que ocurren aquí como si acontecieran en algún planeta del sistema solar.

SEIS. Desdén oficial

Indicativo y significativo: Veracruz sigue llenándose de feminicidios y la indiferencia de Nahle y anexos y conexos resulta impresionante y avasallante.
Y lo peor, ningún resultado social para garantizar la seguridad en la vida y los bienes como establece el llamado Estado de Derecho.
Más, mucho, garantizar la vida porque los bienes van y vienen… si regresan como fueron devueltos a Job, el bíblico. (lv)


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