que por Veracruz.
Más ahora con el grito de “Ahí viene Trump”.
Lo repitió Solalinde y los exgobernadores Fidel Herrera Beltrán y Javier Duarte cuando enviaron a sus diputados locales priistas para denostarlo en el café jarocho de “La Parroquia”, en la calle 16 de septiembre.
En Veracruz, además, los indocumentados enfrentando a la policía migratoria para repatriarlos porque así lo demandaron los presidentes de Estados Unidos.
Además, expuestos a las policías municipales y estatales. Y a “los polleros”. Y a los carteles y cartelitos, sicarios y pistoleros.
En unos casos, para convertirlos en malandros. Y en el caso de mujeres, para la prostitución y la trata de blancas.
Veracruz, primer lugar nacional en migración a EU como lo dejara Cuitláhuac García.
En la era Nahle, Veracruz, “el infierno tan temido” para los migrantes.
Y de América Central.
El veinte de diciembre, 2024, desaparecido el guatemalteco Donis Artemio Celi Ical. 23 años.
Y el mismo día, Argelis Ronaldo Pérez Villafranco. 28 años.
Los dos, reporta la Comisión de Búsqueda, en algún lugar del estado de Veracruz.
Palabras mayores el secuestro y desaparición del par de guatemaltecos.
Indicativo: desaparecidos el veinte de diciembre hasta anoche, doce de enero, los días trotando en el Veracruz salvaje y violento con el tiradero de cadáveres en los cuatro puntos cardinales.
Se ignora si alguna autoridad los está buscando.
Se ignora si el Embajador de Guatemala en México (¿habrá cónsul en Veracruz?) se esté ocupando.
Se ignora si será necesaria la intervención de la Interpol como cuando las seis edecanes y modelos colombianas desaparecieron en Boca del Río (octubre de 2024), y por fortuna, encontradas.
Pero a todas luces, Veracruz “está de moda” en el concierto latino.
El primer feminicidio en la era Cuitláhuac García fue a mediados del mes de diciembre del año 2018 (el primer mes del sexenio).
En los límites de Isla y Rodríguez Clara, una mujer guatemalteca emboscada y asesinada.
Entonces, el poderoso secretario General de Gobierno, Éric Patrocinio Cisneros Burgos, inculpó (sin tener pruebas) a la policía municipal de Isla.
Y en automático, el alcalde de Isla le puso un zipper asegurando que habían sido unos “polleros”.
A la fecha, un sexenio y un mes después, el crimen de la migrante de Guatemala quedó en la impunidad total y absoluta.
Como si nunca hubiera existido…

2 (“Hechos aislados”, claro, claro, claro)

La Comisión Estatal de Búsqueda ya cumplió, digamos, con el primer paso.
Ahora, el asuntito en manos, quizá, de la secretaría de Seguridad Pública
Y/o de la Policía Migratoria.
Y/o de los soldados y marinos.
Y/o del secretario General de Gobierno coordinando, por ejemplo, esfuerzos institucionales.
De por medio está el nombre de Veracruz, primero, en Veracruz.
Segundo, en el país.
Tercero, en América Latina.
Y cuarto, en el resto del mundo.
Veracruz como una entidad peligrosa, peligrosísima, hasta para los migrantes.
Los pobres entre los pobres que necesitan migrar a otras latitudes geográficas soñando vivir con dignidad (simplemente, con dignidad) con sus familias.
En la frontera norte, la presidenta de la república tomando la estrategia conveniente para recibir a los miles y miles de migrantes que serán deportadas (ya lo están) en la segunda era de Donald Trump.
Y en Veracruz, la desaparición de par de guatemaltecos.
Más cuando la gobernadora lo cacarea:
“La inseguridad ha bajado muchísimo” (muchísimo, muchísimo, muchísimo) en Veracruz.
Y/o en todo caso, la desaparición del par de migrantes de América Central en Veracruz “son hechos aislados.
Aislados. Aislados. Aislados.
“Podéis ir en paz. La misa ha terminado”.
¡Hosanna, hosanna, con el Veracruz de la verbena y los jarochos disfrazados de viejitos!

3 (“El infierno tan temido”…)

“El infierno tan temido” de los migrantes.
De América del Sur y América Central y de México (y de Veracruz) camino a la frontera norte, los siguientes Jinetes del Apocalipsis:
Hambruna. Ampollas en los pies. Madres cargando bebés. Mujeres embarazadas. Padres empujando la carriola. Desgaste físico y sicológico.
Secuestrados. Extorsiones a las familias. Abusos sexuales. Feroz persecución policiaca. Represión política.
Expuestos a los Carteles y Cartelitos. Y a los Maras. Pandillas. Paramilitares.
Violadas las mujeres. Pero también los hombres. Violencia sexual generalizada.
Cadáveres en el camino. Y cruzando el río Bravo. Y caminando en el desierto de Arizona.
Torturados. Quemadas las manos para inutilizarlos.
Las mujeres migrantes detenidas para la prostitución.
Los hombres para habilitarlos como sicarios.
Migrantes detenidos. Y repatriados.
Todo, por salarios en dólares.
Y soñando con una vida digna para los suyos. (lv)