Mujeres al poder
**Y como alcaldesas
**Estado de México, el modelo
UNO. En el Estado de México, casi casi de todas todas
En el estado de México, la profe obradorista y gobernadora Delfina Gómez ya se anticipó a la política partidista en Veracruz de la señora Nahle.
Claro, en el EdoMex primero fueron las elecciones municipales. En Veracruz, a mediados de año.
Pero en el estado de México cumplieron la orden superior: De 125 (ciento veinticinco) municipios, MORENA quedó con 89 (ochenta y nueve) alcaldes.
Es decir, MORENA, el PRI del siglo XXI.
Y, claro, de aquí pa’lante.
En alianza con su par de partidos satélites como el Verde y del Trabajo.
Igual, igualito, como cuando hacia finales del siglo XX el tricolor tenía sus aliados.
DOS. El poder repartido
En Veracruz han repetido la misma cantaleta priista.
“Ganaremos de todas… todas” dijo el coordinador estatal.
En Edomex, MORENA, 89.
El PVEM, 19.
Y el PT, diez alcaldías.
Todo indica, en Edomex al PRI le fue mucho mejor que le podría ir en Veracruz.
Ganó 16 (dieciséis) municipios.
Con todo el poderío de los herederos de los Hank González.
En tanto, el Movimiento Ciudadano ganó ocho demarcaciones.
Y el PAN, apenas, apenitas, cuatro.
TRES. Poderío Morenaco
Con la presidencia de la república por segunda ocasión…
Y con veintidós gubernaturas…
Y la mayoría de legisladores federales en las Cámaras Baja y Alta…
Y la mayoría de diputados locales en veinticinco entidades de la república…
Además de los recursos económicos necesarios…
MORENA va de gane.
Ninguna sorpresa.
Incluso, resulta lógico y natural.
Así, igual, igualito, fue el PRI.
En doce años, el PAN fue lanzado de Palacio Nacional y perdió la gran oportunidad de la historia.
La corrupción política (ya se sabe) zambulló en el rincón más arrinconado del infierno a las tribus políticas.
Ahora, la obsesiva obsesión de los priistas de cambiar el color rojo de su uniforme a los colores guinda y marrón.
CUATRO. Mujeres, mayoría edilicia
Indicativo: En el Estado de México, en 54 (cincuenta y cuatro) municipios de un total de 125 (ciento veinticinco) gobernarán mujeres como alcaldesas.
Tiempo, pues, de la liberación femenina.
Pero, bueno, más allá del espejismo politiquero, la marginación de las mujeres indígenas, campesinas y obreras y hasta de parte de las mujeres de la clase media baja y media baja resulta incalculable.
Desde el lado oficial bien alardearían que “con el tiempo y un ganchito” habrá justicia social, económica, educativa, de salud, seguridad, procuración de justicia y desarrollo humano para todas.
Tengamos, entonces, fe. Mucha, muchísima fe. Y esperanza “a prueba de bomba”.
CINCO. Priistas, “de todo y sin medida”
Por ejemplo, y entre otros hechos y cositas, el reino de los machos y los machitos.
El reino de los jefes máximos ejerciendo, incluso, el derecho de pernada.
Durante muchos años, ninguna mujer en el gabinete legal y ampliado.
Incluso, ninguna mujer como gobernadora.
José López Portillo ungió a la doctora Rosa Luz Alegría como secretaria de Turismo.
Y Miguel de la Madrid encumbró a la primera gobernadora. La poetisa Griselda Álvarez, en Colima.
Hoy, con MORENA, una gran raya marcada.
Las mujeres, al poder.
Un viraje de más de ciento ochenta grados.
Quizá, en Veracruz, para las presidencias municipales más importantes de este año serán lanzadas mujeres.
Claro, también para las demarcaciones indígenas, campesinas y obreras.
Los políticos han de alistarse para aprender a guisar y con buena sazón lo más pronto posible. (lv)