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Expediente 2025
Sábado 04 enero, 2025

Una más...

1 (Ocho policías contra un ciudadano)

Ahora sí, como exclama Narciso Busquets en la película "El gallo de oro", "una más".
Por ejemplo, una golpiza policiaca más a un ciudadano.
Caray, ocho policías en contra.
En el municipio de Tlaltelela.
Uno:
Feroz madriza.

Dos:
Tirado en la calle, los ocho policías lo agarraron a patadas.
Patadas, pues, de ocho policías.
Digamos, la fuerza del Estado.
Tres:
Eran tantas y con furia las patadas que el hombre (claro, claro, claro) se quejaba.
Cuatro:
Entonces, los vecinos, indignados, encabritados, se fueron contra los ocho policías.
Con el grito universal de "¡Montoneros, montoneros!".
Que un policía herido.
El hombre madreado trasladado a un hospital en Xalapa.
Una más.
Y si se dice que son policías municipales son policías.
Y ni modo que el gobierno del Estado "se lave las manos".
Son corresponsables.
Casi casi y como están las circunstancias y los hechos, bien pudiera sentirse y percibirse que la violencia constituye un signo inequívoco en el arte de ejercer el poder y la tarea de gobernar.
El uniforme policiaco, la gorrita, el bigotito, la macana, la pistola al cincho, la patrulla, los gases lacrimógenos, todo en conjunto para, digamos, apaciguar la protesta ciudadana.
La inconformidad social.
La molestia colectiva.
La indignación crónica.
Fracasado el diálogo para el entendimiento, la fuerza pública mostrando el puño y los bíceps como arma convincente.
De ñapa, caray, los carteles y cartelitos, los sicarios y pistoleros, los malosos y los malandros.
Por eso, y entre otros hechos, la organización social en colonias y barrios para detener a los ladrones y rateros de domicilios particulares y casas comerciales y changarros.
Y, claro, de paso, tremenda madriza.
Luego, semidesnudados.
Atados de manos y pies.
Amarrados a un poste.
Y/o abandonados en el centro de una calle y avisar a la policía para que vayan por el maloso detenido y sorprendido.
Defenderse, pues, de los policías.
Y de los malandros.
Y de los raterillos.
¡Vaya forma de vivir en Veracruz!

2 (Respeto a la dignidad humana)

El paraíso terrenal bien podría integrarse del siguiente modo:
Uno:
Empleo garantizado para la Población Económicamente Activa.
(Y, claro, empleos dignos. Estables. Pagados con justicia laboral).
Dos:
Una vida sin sobresaltos. Sin miedos ni temores a un asalto, un secuestro (incluso, en casa).
Una desaparición.
Y, tres:
Confianza en la policía.
Confianza, hija, desde luego, de los hechos concretos y específicos.
El respeto a la libertad.
El respeto a la dignidad humana.
El legítimo derecho a vivir en paz.
¡Vaya paradoja!, ¿existirá en el mundo un paraíso terrenal de tal naturaleza?

3 (Veracruz, de moda)

Lección de vida:
Mientras existan policías represivos apostando a la madriza en vez de al diálogo habrá razones de peso y con peso para un delito penal sin resolver.
Ley de la historia.
Ley de la vida.
¡Oh, Estado de Derecho!
Veracruz "está de moda".
Vaya paradoja: Unos medios cuentan los hechos como son en el Veracruz turbulento y nada, absolutamente nada, pasa.
El desdén y el menosprecio por la realidad real.
"Yo soy la verdad" dijo aquel.
"Aquí mando yo" exclamó aquella.
La policía únicamente cumple órdenes.
Así son ellos.
Así somos nosotros. (lv)


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