Carteles Mediáticos
**Loas a gobernadora
**Hasta la ignominia...
UNO. Carteles Mediáticos
Apenas, apenitas, caminaba el primer del sexenio 2024/2030 en Veracruz y en el palenque público se manifestaron los Carteles Mediáticos.
El objetivo, congraciarse y “tirar incienso” a la gobernadora.
Uno, por ejemplo, la felicitó porque es la jefa del Poder Ejecutivo estatal.
Otro, la halagó por la verbena patriótica en la ciudad jarocha por “El Viejo”, Veracruz, ¡vaya sorpresa!, como destino turístico privilegiado.
Normal, en el tiempo duro cuando el gobierno del Estado suscribe convenios enclenques con los medios, “pero que alcanzan para pagar la nómina” como dijo el director de La Jornada, Tulio Moreno, ungido jefe máximo de esa cosita esotérica llamada CEAPP.
Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas, y en donde están registrados, ajá, 34 (treinta y cuatro) asesinatos de trabajadores de la información del sexenio de Javier Duarte a la fecha.
Más tres reporteros desaparecidos.
DOS. Medios favorecidos por el poder…
El halago mediático en un tiempo duro y rudo para los medios. Y en todas partes del mundo.
Por ejemplo, la presidenta de la república fue categórica.
A: Los medios han de ser sustentables. Es decir, “vivir de sus propios medios”.
B: El Estado fortalecerá los medios del Estado.
Claro, en el otro lado del palenque hay medios favorecidos por el poder.
En el obradorismo, por ejemplo, lo fueron La Jornada-México, Televisa y TV Azteca.
Los amigos, pues. Y los otros.
TRES. Medios incómodos
En una de esas bien podrían los medios terminar como en Estados Unidos con Donald Trump.
Ya de por sí, por ejemplo, excluidos de “Las mañaneras” los medios incómodos e indeseables.
Pero Trump ha ido más allá.
Amenaza con mantener acciones legales contra los medios.
Vaya, demandó a ABC News por difamación y calumnia y la empresa mediática resolvió la denuncia penal pagando quince millones de dólares.
Un revés para la libertad de expresión dijeron los expertos.
Pero, bueno, Trump se ha convertido en el dueño del mundo y en el Policía Moral del planeta.
CUATRO. Prensa arrodillada
Todavía más.
Trump está por interponer otra demanda legal contra el rotativo “Des Moines Register” “por publicar una encuesta antes de la elección… y en su contra.
Además, otra denuncia contra el programa de noticias de CBS News, el famoso “60 minutos”, “por citarlo de manera incorrecta”.
Y, bueno, jefe del Poder Ejecutivo de la nación más poderosa del planeta, desea una prensa arrodillada, sumisa y callada.
Y a sus órdenes.
Por cierto, la obsesiva obsesión de todos los políticos en los cinco continentes.
“Los medios masivos, dice Trump, son el enemigo del pueblo”.
Luego, sentenció en el discurso:
“Los medios son muy corruptos. Casi tan corruptos como nuestras elecciones” (La Jornada).
CINCO. Caída estrepitosa
Los vientos torrenciales y huracanados contra los medios circulan por todos lados.
Por ejemplo:
En China, las Plataformas Digitales está arrodillando a la prensa impresa.
Un periódico alquiló parte del edificio para ayudarse con la renta.
La mayoría, todos, reduciendo páginas. Un medio, vocero del Partido Comunista, tenía setenta páginas. Ahora, 16 (dieciséis).
La caída estrepitosa de la publicidad derivando a las redes sociales, el boom del momento.
El descenso insólito en la circulación.
SEIS. Gran industria del halago
En tales circunstancias, los medios impresos luchan por la sobrevivencia.
Parte de la prensa escrita, por ejemplo, está dedicando la portada y todos los días a la gobernadora.
Unas veces (y hasta por nimiedades, como la verbena de “El viejo”) a ocho columnas.
Otras, como la segunda y tercera de importancia.
Desde luego, los dueños y el cuerpo directivo apostando a la gran industria del halago para exaltar y enaltecer la vanidad de los políticos.
Y por añadidura, los Carteles Mediáticos en feroz acoso como si se tratara de una competencia insólita para quedar bien lo mejor posible.
En todo caso, una cosita es la población de boletines de acuerdo con un convenio, y otra, mil, dos mil, tres mil años luz de distancia, “tirarse al piso”.
Como se decía en el siglo pasado, “contigo, mi góber, hasta la ignominia”. (lv)