La huida de un fratricida
**Era policía
**Macheteó a hermano
UNO. Un fratricida huyendo
Durante catorce años, aquel policía asesino anduvo huyendo.
Huía por matar a su hermano a puñaladas.
Huía de las corporaciones policiacas, compañeros y amigos.
Huía de sí mismo.
Bien pudo andar “a salto de mata” como dicen los cronistas de la fuente policiaca.
Se llama Gilberto A. C. y tiene cuarenta años.
En una riña familiar quitó la vida a su hermano Gabriel Benito.
En el domicilio de ambos viviendo con sus padres en Chicontepec.
La profecía bíblica de Caín y Abel.
Desde entonces, los fratricidios como “un ave de mal agüero” permeando en la vida cotidiana.
Lo dice el proverbio ranchero: “La vida es lo que uno construye”.
DOS. Caín del siglo XXI
Catorce años se creyó y sintió con la total confianza de volver al pueblo.
Y el jueves 26 de diciembre llegó en la tarde/noche a la cantina “El Pato”.
Y entre los parroquianos alguno por ahí lo identificó y se acordó del Caín del siglo XXI y avisó a la policía.
Y la policía lo detuvo.
Ni siquiera tuvo espacio y tiempo para tomar la primera cerveza.
Tampoco pagó la cuenta.
TRES. Prófugo 14 años
Pasaron catorce años. Tenía abierta y vigente la Causa Penal 41/2010.
El último año del sexenio de Fidel Herrera Beltrán.
Un policía asesinando a su hermano a puñaladas.
Una tras otra.
Y entre más sangre miraba correr por sus manos y brazos más puñaladas asestaba.
Los padres quedaron sin un hijo.
El otro hijo, el expolicía, sujeto desde la semana anterior a proceso penal.
La policía, caray, el primer contacto junto con los agentes de Tránsito de la autoridad con la población civil.
Razones de peso y con peso para abrigar el miedo, el temor, el pánico, “el miedo al miedo”, apenas, apenitas se mire venir en la banqueta a un policía.
CUATRO. Policía en la deshonra
Por desventura, el sexenio anterior heredó en Veracruz una policía en el descrédito.
A: Narcopolicías les llamaba el exgobernador.
B: Policías ligados a la desaparición forzada según afirman los Colectivos, integrados con padres y madres con hijos y parientes desaparecidos.
C: Ciudadanos detenidos y muertos en los separos policiacos.
D: Policías extorsionadores hasta de homosexuales en las calles y avenidas de Xalapa en el trabajo nocturno.
D: La fama pública de los abusos y excesos del poder cometidos por elementos policiacos tanto estatales como municipales.
E: Policías asesinos de sus hermanos.
CINCO. Confiar en la poli…
El desafío para la secretaría de Seguridad Pública en el sexenio 2024/2030.
Además, garantizar la seguridad en la vida y en los bienes de los ocho millones y cacho de habitantes.
Y de los empresarios, entre otros hechos, los transportistas cuyas unidades son asaltadas en caminos y carreteras.
Vaya, hasta autobuses de pasajeros (ADO, AU y líneas anexas y conexas) donde los pasajeros son atracados días y noche.
El pendiente número uno lograr una ciudadanía a pie y motorizada con una confianza “a prueba de bomba” en las corporaciones.
Está en chino. Pero el reto es mayúsculo y vigente.
SEIS. Vaya utopía…
Quizá bien una trepanación mental sirviera de pivote.
Acaso una terapia sicológica para reeducar a los elementos.
Quizá salarios dignos. Y mejores prestaciones económicas, sociales y médicas.
Y la garantía de la seguridad social para la familia en caso de un desaguisado donde perdieran la vida.
Acaso equipar a los policías con mejores armas para, entre otros hechos, enfrentar a los carteles y cartelitos, pistoleros y sicarios, malosos y malandros.
Quizá una mano firme con mayor inteligencia y un inalterable respeto a los derechos humanos.
Desde luego, está claro, se trata de una utopía.
Pero el día cuando los policías sientan el trato justo en materia laboral, entonces, habrán de sentirse orgullosos del uniforme y cuidarán la chamba.
Y la ciudadanía saldrá ganando.
La seguridad en la vida y los bienes constituye el más grandes pendiente social en Veracruz. (lv)