Y dos, Andrés Manuel López Beltrán, Andy, el hijo de AMLO, secretario de Organización del CEN de MORENA, festinando que van por la afiliación de diez millones de seguidores del partido fundado por papá.

PASAMANOS: Verdad o mentira, media verdad o media mentira, en la percepción ciudadana está la imagen del par de aspirantes y suspirantes por el Palacio Nacional para dentro de seis años.
¡Vida eterna para ambos, y más, mucho más, salud “a prueba de bomba”!
Más porque el desgaste político, social y mediático es duro y terrible.
Siempre lo dijo Juan Maldonado Pereda, cuatro veces diputado federal: “La política es un tragadero de hombres… y mujeres”.
Además, y dada su experiencia “en política siempre llega el que más que conviene, nunca el más capaz”.

CORREDORES: Para entonces, el trío de gallos de pelea con el obradorismo habrá perdido fuerza política. Incluso, hasta con el tiempo encima por la edad.
Uno, el Senador Adán Augusto López Hernández, secretario de Gobernación y gobernador de Tabasco en menos de un sexenio.
Dos, Marcelo Ebrard Casaubon, secretario de Economía.
Y, tres, el diputado federal, Ricardo Monreal Ávila.
Harfuch y Andy en la contienda electoral.
Sheinbaum, claro, con Harfuch.
Y Andrés Manuel López Obrador, con su hijo, Andy.

BALCONES: El padre de Omar García Harfuch fue Javier García Paniagua, hijo a su vez del general Marcelo García Barragán, secretario de la Defensa Nacional con el presidente Gustavo Díaz Ordaz, tiempo aquel del movimiento estudiantil del 68.
Javier García Paniagua, el padre, fue líder del CEN del PRI cuando el jefe máximo de la república, José López Portillo, destapó a Miguel de la Madrid como candidato presidencial.
Entonces, De la Madrid nombró a Manuel Bartlett Díaz secretario General del CEN del tricolor.
Y García Paniagua se irritó. Y renunció con la siguiente frase bíblica a De la Madrid: “Quédate con todo”.
Entonces, y con el gran escudo de Sheinbaum por delante, García Harfuch iría por todo.
Más, mucho más, porque en momento estelar, AMLO, el presidente de entonces, se opuso a Harfuch en una propuesta política de Sheinbaum.

PASILLOS: Por ahora, Sheinbaum integró más o menos la mitad del gabinete legal y ampliado con gente de AMLO.
Fue, aprox., la misma historia del general Lázaro Cárdenas del Río cuando como presidente aceptó que el jefe máximo, Plutarco Elías Calles (y a quien debía el cargo) le impusiera la mitad del gabinete.
Pero a los dos años, Cárdenas asestó tremendo manotazo y se sacudió a Calles.

VENTANAS: Uno, exilió a Calles a los Angeles.
Al día siguiente, todos los legisladores federales callistas amanecieron cardenistas.
Al segundo día, todos los gobernadores callistas se volvieron cardenistas.
Al tercer día, todos los jefes militares del país se transfiguraron en cardenistas.
Y al cuarto día, Cárdenas despidió al gabinete completo y se deshizo de los callistas y nombró a los suyos.
Ya se verá el tiempo de Sheinbaum para asestar el manotazo.
Únicamente a partir de entonces, Omar García Harfuch podría, digamos, sentir que la candidatura presidencial del año 2030 es suya.
Los madrazos mediáticos que las partes se estuvieran dando solo alebrestan la pajarera. (lv)