Banderazo guinda de salida
1 (MORENA, el PRI del siglo XXI)
El día doce de diciembre se conmemora en la iglesia católica y apostólica a la Morenita del Tepeyac. La Virgencita de Guadalupe. La patroncita de México. La Barbie de Juan Diego.
Entonces, y dado el fervor guadalupano en el partido político MORENA, en Veracruz, ya dieron el banderazo de salida a los aspirantes y suspirantes a las doscientas doce presidencias municipales para el período 2025-2028.
Y, claro, también el banderazo para los mil quinientos soñadores, aprox., para síndicos y regidores.
Vaya, habrá entre ellos quienes, para amarrar más, mucho más la posibilidad, bien entrarían a la Basílica de Guadalupe arrodillados, con las manos en alto y los ojos en órbita esotérica y cargando unas florecitas para depositar en el templo mayor de la Catedral donde está la Morenita.
Otros, quizá, y como el panista Vicente Fox Quesada en el año dos mil, llegarían a los mítines de apoyo a la nominación con el estandarte de la Virgencita.
Por lo pronto, el día doce de diciembre, la caballada en el carril con la convocatoria.
Y los días 7, 8 y 9 de enero (un día después de los Reyes Magos), el registro de las candidaturas en Xalapa.
MORENA, el PRI del siglo XXI.
Entonces, el Supremo y Mágico Dedazo tomando carta constitucional para aplicarse “en la plenitud del pinche poder”.
Lo repitió durante 34 (treinta y cuatro) años Porfirio Díaz Mori: “El presidente da y quita”.
También los gobernadores.
Y, bueno, si en el caso uno que otros son amigos y amigos “a prueba de bomba”, con lealtad (incluso, perruna) probada y comprobada a la gobernadora, entonces, ya la hicieron.
El viejito del pueblo está seguro, convencido, de que la política únicamente se hace con los amigos y los amigos fieles, pues ni modo se alíen (claro, hay excepciones) con los enemigos, los adversarios y los opositores.
Más, mucho más, “en el país (y en el Veracruz) de una sola mujer”.
2 (Lealtad y gratitud)
De entrada, los candidatos de MORENA tienen un plus a favor.
La lealtad y la fidelidad y la gratitud (y la miseria, la pobreza y la jodidez como eje rector) de los miles de ciudadanos de a pie y motorizados extendiendo la mano cada dos meses para recibir la bequita de seis mil pesos.
Cierto, un programa social en el tiempo como en Veracruz ocupando el primer lugar nacional en migración a Estados Unidos.
Y el tiempo cuando nunca el gobierno del Estado pudo recuperar los miles de empleos perdidos en el par de años del COVID y según testimonio de la secretaría de Trabajo y Previsión Social federal y el Seguro Social.
Y en el tiempo cuando en el aviso económico hay ofertas laborales, cierto, cierto, cierto, pero de meseras, cocineras y veladores, entre otros.
Entonces, con el dinerito bimensual (seis mil pesos) queda amarrado el voto en las urnas para los Morenacos.
Más ahora cuando ya es obligación constitucional.
3 (Unos y otros encubriéndose)
Estamos en el tercer año de gobierno con alcaldes de MORENA por vez primera en la historia local.
Y al momento, caray, ningún edil ha sorprendido, por ejemplo, con su vocación y calidad de Estadista.
De hecho y derecho, las mismas caras y los mismos rostros (quizá con maquillaje diferente) pero sin trascender en ningún carril.
Unos simples administradores.
En todo caso, operando cada día y hasta donde es posible.
En contraparte, el ORFIS, Órgano de Fiscalización Superior, interpuso montón de denuncias penales en el transcurso del año en la Fiscalía General en contra de funcionarios estatales y municipales y todas, quizá la mayoría, fueron archivadas.
Más, con la mayoría morenaca en el Congreso local y en la Comisión de Vigilancia cuya esencia superior es fiscalizar el gasto público.
Unos a otros, encubriéndose, igual, igualito, como fue en la cultura priista.
Par de opciones:
Las denuncias del ORFIS eran insustentables o la Fiscalía General “se pasó de tueste”.
Inverosímil que tres años después, los presidentes municipales sean unos ángeles de la pureza y lo que, desde luego, nadie cree.
Más, mucho más cuando muchos alcaldes y ediles dejaron la silla embrujada del palacio para asumir un cargo en el gobierno del Estado.
“Políticos automáticos” les llaman pues apenas, apenitas tienen un puesto público están soñando con el siguiente.
La alcaldía como catapulta para escalar la pirámide del poder político.
4 (Encuestas a modo)
Podrán las tribus políticas enfrentarse y conflictuarse y “jalarse la cobija” por la nominación.
Podrán, como ya están, publicitar sus encuestas a modo para “tirarse incienso” como los preferidos en la encuesta.
Podrán adular a la gobernadora y a los jefes tribales para ser palomeados.
Pero de cara a la población, los indígenas, los campesinos, los obreros y la clase media baja son indiferentes y les vale.
Más, con los seis años de agravios y frivolidades, desdén y menosprecio, de Cuitláhuac G. J. ejerciendo el poder.
5 (Amigazas de la gobernadora)
Entre tanto, los jefes tribales preparando “los acarreados” para “hacer bulto” en los mítines, pues para tal sirven las bequitas bimensuales.
Indicativo: hay montón de mujeres políticas guinda y marrón alardeando ser las mejores amigas de la gobernadora. (lv)