Mujeres marginadas
**3 de cada diez
**Ni estudian ni trabajan
UNO. Mujeres marginadas
Pues bien, en el palenque público “se cortarán las venas” alardeando del tiempo de “la liberación femenina”...
Y de los derechos humanos de las mujeres...
Y de mejores oportunidades educativas y laborales
Y de que “vamos a cuidar a las mujeres” (ajá)…
Pero el informe de la CEPAL, Comisión Económica para América Latina y el Caribe, es demoledor para México:
Tres mujeres (28.1 por ciento) de cada diez y entre los 20 y 24 años ni estudian ni tienen un trabajo remunerado.
Marginadas, pues, tres de cada diez.
DOS. Satanizadas y condenadas
Casi casi el México del primer tramo del siglo pasado (y antes, claro) cuando de acuerdo con los padres únicamente debían estudiar los hijos pues las mujeres han de aprender a cocinar esperando el matrimonio.
Y cuando, desde luego, se vivía a plenitud el machismo.
Y cuando mujer deseosa de estudiar hasta expulsada de casa.
Y cuando, incluso, en las escuelas secundarias y Bachillerato y ni se diga universidad, las mujeres en el pupitre en el salón de clases eran satanizadas y condenadas.
TRES. Mujeres indígenas y campesinas
Más todavía: En el palenque político festinan una presidenta de la república y varias gobernadoras en el país.
Y montón de secretarias de Estado.
Y como en el caso de Veracruz, veintiséis de los cincuenta diputados locales son mujeres.
Incluso, de los cincuenta, cuatro pertenecen a la comunidad sexual cuando en la anterior Legislatura únicamente uno.
Además del montón presidentas municipales, síndicas y regidoras.
¡Hosanna, hosanna!
Pero otra cosita, mil, dos mil, tres mil años luz de distancia es la situación de las mujeres indígenas, campesinas y obreras.
CUATRO. 6 de cada 10 habitantes son mujeres
En las regiones suburbanas y urbanas, una realidad social, educativa, económica y de seguridad viven las mujeres.
Y en las zonas indígenas y campesinas y obreras, otras.
Por lo regular, las mujeres en el infierno.
En Veracruz, un millón de indígenas en las regiones de Huayacocotla, Chicontepec, Otontepec, Papantla, Zongolica y Soteapan.
Y en los valles de Santa Marta y Uxpanapa.
Más los dos millones de campesinos. Y los tres millones de obreros.
Seis de cada diez habitantes de Veracruz (como en el resto del país) son mujeres.
Y, claro (y como premisa universal) si tres de cada diez mujeres están excluidas “de los beneficios de la Revolución hecha gobierno”, la tarea es mayúscula.
Entendiendo, desde luego, que la estadística de la Cepal está basada en “la cruda verdad”.
Claro, claro, claro, signo positivo, alentador, que siete de cada diez mujeres (¡hosanna, hosanna!) estudien y tengan un trabajo remunerado.
CINCO. La cruda verdad…
Duro y rudo, por ejemplo, la otra realidad:
Veracruz, campeó nacional en la producción y exportación al interior del país de trabajadoras domésticas de acuerdo con la investigadora y maestra, Martha Patricia Ponce Jiménez.
En Veracruz, el mayor número de mujeres infectados de VIH y por los esposos.
Las trabajadoras domésticas condenadas a trabajar de casa en casa con horarios extenuantes y sin el pago de horas extras.
Veracruz, campeón nacional en niñas y adolescentes embarazadas.
Y campeón nacional en legrados, por lo general, clandestinos.
El pendiente social todavía, todavía, todavía es muy grueso.
Sin contar, el pinche machismo.
Caray, en el gobierno del Estado en el sexenio anterior montón de denuncias por acoso y hostigamiento sexual.
Y de los jefes en las oficinas contra burócratas.
SEIS. Una esperanza, ajá, diputadas locales
Buena señal, por ejemplo, que veintiséis de los cincuenta diputados locales sean mujeres.
Todas ellas, políticas, incluso, recién debutadas, ya están en el paraíso terrenal.
A ver el resultado social hacia las mujeres indígenas, campesinas y obreras en los próximos tres años. (lv)