Primer feminicidio. Era Nahle
1 (¿Era mujer trans, era hombre, era gallo-gallina?)
En la ciudad jarocha, el primer feminicidio en la era Nahle.
En los fraccionamientos Rincón de Palma Real y Bosques de Río Medio.
Una mujer calcinada.
Al parecer, dice el boletín, una mujer trans.
Es decir, un hombre.
Con todo, y de ser cierto, y como dicen en el rancho, “un gallo—gallina”.
Y/o como afirma un gay por ahí: “Yo voy por delante de todos los hombres. Siento la pasión como hombre. Pero también como mujer”.
El hombre que deseó y soñó y es… mujercita.
En un Veracruz en el primer lugar nacional en feminicidios.
Y en un tiempo cuando desde el poder avisaron que “vamos a cuidar a las mujeres”.
El cadáver fue hallado en la maleza de una brecha vecinal.
La policía… investiga, ajá, pues ignora hasta el nombre, claro.
En tanto, dos mujeres más desaparecidas en la ciudad jarocha.
Mónica Flores Palacios. 42 años. 29 de noviembre. Apenas reportada. María del Carmen Saavedra Enríquez. 23 años. Desaparecida el 23 de noviembre.
Apenas reportada en la Comisión Estatal de Búsqueda.
Además, los crímenes de odio.
2 (Mucha perversidad)
Caray, en el primer feminicidio y/o crimen de odio del nuevo sexenio.
Una:
Mujer trans, parece, secuestrada.
Dos:
Desaparecida.
Tres:
Quizá ultrajada.
Cuatro:
Asesinada.
Cinco:
Calcinada.
Y sexto:
Arrojado el cadáver en una maleza vecinal.
Simplemente, saña, barbarie, alevosía, ventaja y premeditación.
Y, claro, perversidad.
3 (La mujer secuestrada)
En las primeras horas de diciembre, en Ixtaczoquitlán, una secretaria sindicalizada del Ayuntamiento, fue secuestrada.
Manejaba su automóvil, la incautaron y se la llevaron.
Al momento, el silencio oficial.
¡Vaya política de comunicación social!
Por un lado, el silencio en el caso de la burócrata plagiada.
Y por el otro, el desmentido del gobierno de MORENA del robo del equipo técnico de Luis Miguel y desmentido a su vez por la empresa.
Más todavía: La empresa avisando denuncia penal en la Fiscalía, pues el robo asciende a 5 millones de pesos.
4 (Silencio de diputados gays)
En el Congreso local hay cuatro diputados locales de la comunidad sexual.
Y al momento, después del asesinato de la mujer trans en la ciudad jarocha, indicativo el silencio del cuarteto.
“¡La vida es así y qué le vamos a hacer!”.
Más, mucho más, claro, se gana amarrándose la lengua legislativa que ocupándose de los asuntos huracanados en el día con noche y noche con día.
El silencio también es un negocio. (lv)