Justicia por mano propia
**Raterillo de 17 años de edad
**Detenido y golpeado
UNO. Vecinos vs malandros
Nada más efectivo en el Veracruz violento como hacerse “justicia por mano propia”.
En el caso, por ejemplo, los vecinos organizados en un barrio, una manzana, una colonia, en contra de la delincuencia común.
Los ladrones de casa. Y negocitos. Y oficinas. Los raterillos.
Malandros, por ejemplo, de tiendas Oxxo. Uno de ellos, en la ciudad jarocha, con un currículo de cincuenta asaltos.
Por aquí lo detienen y por el otro lado la autoridad lo deja en libertad.
Reincidente cien por ciento.
DOS. Raterillo de 17 años de edad
Los vecinos dando tremenda paliza a un jaulero en el puerto de Veracruz.
Par de ladroncillos se metieron a una casa a robar.
Entonces, cuando caminaban sobre el techo de lámina de una vivienda se rompió. Y uno cayó al interior de una casa. Y el otro salió huyendo como “alma en pena”.
Patas pa’las quiero, habría dicho.
Dejando al socio, el aliado y el cómplice a la deriva.
Así, los dueños de aquella casita en la colonia Playa Linda le cayeron al ladronzuelo y lo golpearon.
Ángel H. H, de 17 (diecisiete) años ni más ni menos.
Quedó lesionado del tobillo derecho (Notiver, 1 de diciembre).
TRES. Dedos rebanados a taxista
Ese mismo día, sábado treinta de noviembre, el último de su Majestad, Cuitláhuac G. J., y en la colonia Reserva Cuatro de Tarimoya, en la ciudad jarocha, otro desaguisado.
Unos pilluelos (una mujer y un hombre) atacaron con un cuchillo a un taxista.
Y cuando quiso defenderse.
Fue cuando le rebanaron los dedos con el cuchillito cebollero.
La parejita delincuencial le hizo el alto para el servicio. Era la madrugada en la calle Mangal.
La calle solitaria. Y lo amenazaron con el cuchillo. El dinero de la jornada laboral. Su cartera y otras pertenencias.
El taxista opuso resistencia y tasajearon sus dedos.
Luego, se perdieron en la noche salvaje de Veracruz.
CUATRO. La violencia, un tsunami
Así, tal cual, caminan los días y las noches en el Estado jarocho.
Y en los cuatro puntos cardinales.
Son los hechos concretos y específicos.
Más, cuando está probada y comprobada la incompetencia oficial para garantizar la seguridad en la vida y los bienes como lo establece el inmaculado y sacrosanto Estado de Derecho.
El sexenio de Cuitláhuac con su par de secretarios de Seguridad Pública ya se fue.
Y Veracruz quedó hecho un estercolero.
La delincuencia organizada y común mandan. Son los dueños de la agenda setting. Ellos marcan la política de seguridad.
La violencia, un alud. Un tsunami. Fuera de control. Ríos impetuosos y volcánicos arrasando con la vid en los doscientos doce municipios.
CINCO. Ciudadanos organizados
Por eso, los vecinos en muchas entidades locales se han organizado.
Incluso, hasta poniendo anuncios en el frente de sus casas y en sus árboles de que en esa calle, esa cuadra, esa colonia, están organizados.
Y organizados en contra de la delincuencia.
En otras demarcaciones hasta guardias comunitarias se volvieron.
Y, claro, provocaron la furia y la irritación social del gobierno anterior porque significaba, más que un abierto desafío, la evidencia de la ineficacia y la ineficiencia.
SEIS. El pan nuestro de cada día…
En la ciudad jarocha, todo indica, el mayor activismo de los vecinos.
Con frecuencia, en la página policiaca aparecen fotos (tomadas por los vecinos) de un pelafustán detenido cuando roba una cosa.
Y, claro, madreado. Semidesnudo, amarrado de las manos y los pies, a un poste de luz.
Y/o en todo caso, bien amarradito con las manos hacia atrás y con los pies atados abandonado en el centro de una calle.
Y vigilado por los vecinos mientras llega la patrulla policiaca avisada.
“Es el pan nuestro de cada día”. (lv)