El último domingo
**De Cuitláhuac García
**Cerró con un feminicidio
ESCALERAS: El último domingo de Cuitláhuac García como jefazazo del Poder Ejecutivo en Veracruz fue fatídico. En todo caso, igual, igualito, al resto del sexenio. Un feminicidio más.
En Fortín de las Flores. Y con saña, barbarie, alevosía, ventaja y premeditación.
Y con toda la perversidad del mundo.
Una mujer de unos treinta años, aprox., secuestrada.
Desaparecida.
Quizá ultrajada.
Asesinada.
Y el cadáver arrojado a un pozo artesiano de agua dado de baja. En la comunidad Santa Martina.
El pozo de unos catorce metros de profundidad.
PASAMANOS: De acuerdo con las versiones, la mujer (cuyo nombre fue omitido en el boletín oficial) salió el sábado de su domicilio particular a las siete de la mañana para, caray, buscar leña para un fogón.
Y preparar el desayunito.
Nunca regresó a casa.
Los familiares la empezaron a buscar. En cafetales. Caminos cercanos. Hasta que alguien por ahí la buscó en el pozo. Y en donde encontraron su cadáver.
Fue el sábado 23 de noviembre. La noticia de ocho columnas en portada mediática. El último dominguito del Rey de la Salsa y el Danzón.
Veracruz, campeón nacional en feminicidios.
CORREDORES: El mismo dominguito, el trascendido de una corrupción política y cometido en el sexenio de la honestidad valiente y la purificación moral.
Los padres de familia de la Escuela Técnica 26 en la ciudad jarocha, enervados, molestos, iracundos.
El trascendido: la tesorera de la sociedad de padres de familia está relacionado con el presunto desvío de recursos económicos oficiales para aplicarse, ni más ni menos, “una cirugía estética muy carísima”.
Destino donde habrían parado los ingresos por la venta de uniformes y el cobro del derecho de piso por vender alimentos, papelería escolar y guías de estudios.
Mil 400 pesos de pago por estudiante en cada ciclo escolar.
Caray, y el presunto desfalco con el visto bueno del director del plantel educativo, ingeniero Leines Ávila (Notiver, Federico García).
La 4T de Veracruz exhibida a unos cuantos días del fin del sexenio.
Por un lado, un feminicidio más. Y por el otro, una presunta corrupción más.
BALCONES: Son las últimas horas del sexenio. Los últimos carcañales del góber frívolo. El peor capítulo sexenal en la historia de Veracruz.
Se ignora si lo mejor es dar gracias al Ser Superior por estar viviendo y usufructuando la ceremonia del adiós a García.
Se ignora si lo ideal sería recordar los seis años de negritud y opacidad social, económica, educativa, de salud, seguridad y procuración de justicia para nunca, jamás, olvidar el peor daño causado a Veracruz por Andrés Manuel López Obrador imponiendo a Cuitláhuac de candidato y favoreciendo su triunfo electoral en las urnas.
PASILLOS: Se ignora si con la purificación moral alcanzaría a vivir para odiar a Cuitláhuac el resto de la vida.
Con todo, incluso, la condecoración de la Universidad Veracruzana como el gran científico de todos los tiempos.
Vaya, hasta excluyendo la UV a los seis, siete, participantes en el famoso proyectito científico de Cuitláhuac.
VENTANAS: En Fortín, una mujer de unos treinta años, aprox., secuestrada, desaparecida, quizá ultrajada, asesinada y arrojada a un pozo artesiano de agua dado de baja.
Catorce metros de profundidad.
Los malandros recrudecidos en la perversidad humana.
Seis años (más) de inseguridad en Veracruz están, estarían, a punto de terminar, pues se ignora (nadie es dueño del futuro) el estilo personal de ejercer el poder en el sexenio 2024/2030.
Y en cada uno de los hogares donde quedó una mujer feminizada en los últimos seis años, la caldera hirviendo de odio contra Cuitláhuac García y los suyos. (lv)