El último domingo de Cuitláhuac
1 (Igual, igualito de violento al resto del sexenio)
El último domingo de Cuitláhuac García Jiménez como el góber frívolo, Rey de la Salsa y el Danzón que soñó ser, estuvo ligado a su eje sexenal.
Es decir, a la violencia, aquí, donde dijo antes, “las mujeres pueden soñar”.
En Coatzacoalcos, el reporte de una chica de 19 años desaparecida. Citlali Flores.
En Villa Aldama, un policía asesinado.
En Carrizal, tres muertos. Ejecutados.
Y en Carrizal, además, una camioneta rafagueada por los malandros.
Un hombre muerto.
Otro hombre herido.
Un sexenio violento, digamos, para evitar el aburrimiento y el hastío…
Nadie pensaría, por ejemplo, que el góber frívolo también posee la virtud de Vlady y le encanta el olor de la sangre.
Sangre humana.
Sangre femenina.
Sangre masculina.
Pero, bueno, dado el Veracruz ensangrentado, todo es posible.
Lo establece el dicho ranchero: Caras vemos y gustos y preferencias y debilidades ignoramos.
Vaya, el Veracruz violento ha servido para que el Senador Manuel Huerta, seguidor de AMLO, el expresidente, muchos, muchísimos años antes que Cuitláhuac, se ocupe del asesinato de dos hermanos en Totalco, Perote cuando la población bloqueó la carretera y bloqueó la entrada a las Granjas Carroll y Cuitláhuac ordenó enviar doscientos policías y mataron a los dos hermanos y quienes dejaron seis niños menores de nueve años en la orfandad y dos mujeres viudas.
De principio a fin del sexenio, el Veracruz caracterizado por la saña, la barbarie, la alevosía, la ventaja y la premeditación.
El mes de diciembre del año 2018, el primer mes de Cuitláhuac como jefazazo del Poder Ejecutivo, una migrante de América Central fue emboscada y asesinada en los límites de Isla y Rodríguez Clara.
Entonces, el bravucón secretario de Gobierno, Éric Patrocinio Cisneros Burgos, de inmediato, a rajatabla, aseguró que los asesinos eran policías municipales de Isla.
Entonces, el alcalde le reviró diciendo que “eran polleros”.
Y Cisneros Burgos se amarró la lengua antes de seguir expresando disparates y ocurrencias.
En Tlacotalpan, en un informe de gobierno, el Rey de la Salsa y el Danzón descubrió que aquí, en Veracruz, “las mujeres pueden soñar”.
Puro rollo y chorizo.
En los seis años Veracruz fue convertido en el primer lugar nacional de feminicidios.
Mil niños menores de edad huérfanos por el feminicidio de sus señoras madres.
Más los niños huérfanos y las mujeres viudas por tanto, tanto, tanto asesinato de hombres.
Fue, ha sido, tal cual está terminando el sexenio, el sello de Cuitláhuac ejerciendo “la plenitud del pinche poder”.
2 (Veracruz, hacienda porfirista de Cuitláhuac)
Seis años después queda (quedaría) confirmado que AMLO obsequió a Cuitláhuac una hacienda porfirista, Veracruz, “para hacer y deshacer” a su antojo y capricho.
Y Cuitláhuac, como Pedro Páramo en la Comala de Juan Rulfo, fue “de todo y sin medida”.
Y nunca, jamás, el jefe máximo, el presidente de la república, una observación, una encomienda, un ajuste de cuentas, una reorientación social.
“Lo dejó hacer”.
Y sin duda, y como hipótesis universal, a cambio de prebendas y privilegios de Cuitláhuac a su hacedor.
Caray, el día cuando Pedro Páramo se convierte en jefe de jefes de Comala, dice a Ignacio López Tarso, interpretando al capataz Fulgor Sedano:
“Está bien me respetes. Pero no te olvide el Don”.
Don Pedro, pues.
Don Pedro Páramo.
Don Cuitláhuac.
El mismito quien cuando el domingo amanecía en Carrizal con cuatro muertos más, el góber frívolo se alistaba para posar con unos payasitos en Xalapa.
3 (La frivolidad, su brújula y acicate)
Cada maestro tiene su librito.
Y cada político encumbrado su estilo personal de ejercer el poder y gobernar.
Mal, muy mal, cuando la mayoría de los ciudadanos de a pie y motorizados nunca conocieron ni investigaron la forma de ser, pensar, actuar, reaccionar, de Cuitláhuac antes, mucho antes incluso, del año 2018.
De ser así, quizá habríamos sabido que por encima de todo, la frivolidad lo mueve.
Y por eso mismo, encaramado durante seis años en el peldaño más alto del poder público fue congruente.
Y congruente, porque gobernó con frivolidad.
Indiferencia y desdén ante los pendientes sociales de un Veracruz pródigo en recursos naturales y habitado por gente jodida.
Vaya, tan frívolo como insensible al dolor y el sufrimiento de las mujeres feminizadas.
Capaz de enviar a doscientos policías a Totalco, Perote, a matar a dos hermanos, padres de familia, con seis hijos menores de nueve años, cuando estaban amotinados con la población bloqueando la carretera y bloqueando el acceso a las Granjas Carroll.
Nunca, entonces, Cuitláhuac estafó a la población.
Antes de ocupar la silla embrujada del palacio de gobierno de Xalapa era frívolo.
Y frívolo fue durante seis años ininterrumpidos.
Luego del fin de semana con cinco muertos, Cuitláhuac se fue a posar con los payasos en Xalapa.
Sonriendo y sonriente.
“Aquí mando yo” habría suspirado en el fondo del tuétano.
4 (Suerte con el Tarot, góber salsero)
Veracruz está habitado por ocho millones y cacho de habitantes.
Seis de cada diez habitantes son mujeres.
Y ponerse de acuerdo tantos millones de paisanos sobre Cuitláhuac García resulta tarea superior.
Más por tantos Pueblos Mágicos.
Y tantas fiestas patronales con bailongos.
Y hasta tiros y balazos.
Y tanto alcohol, claro.
Y, bueno, con tantas variedades de picadas y gordas…
Y tamales…
Y garnachas…
Y volovanes…
Y pambazos…
Y tantas hetairas…
Resulta proeza singular un buen fario y mejor karma sobre Cuitláhuac.
Por lo pronto, Cuitláhuac, el frívolo, en una encrucijada.
El pronóstico de su tiempo político futuro es un secreto de Estado.
¡Suerte, mucha suerte, con el Tarot, góber salsero!