y ampliado.
Y si los subalternos son así, entonces, ya podrá el lector imaginar si los presuntos pillos se fueron por la libre y/o porque pasaron copia.

PASAMANOS: El último apretón del botón nuclear en contra de García fue con el caso de Totalco.
Los vecinos se fueron en contra de la insalubridad creada por la empresa porcícola de Granjas Carroll, tan tolerada por el gobierno del Estado.
Y, claro, razones de peso y con pesos habrán existido.
Entonces, Cuitláhuac García Jiménez actuó igual, igualito, que Porfirio Díaz Mori cuando ordenó a su góber Luis Mier y Terán “¡Matar en caliente!” a los jarochos sublevados a una reelección más del dictador.
García envió a unos doscientos policías a Totalco para aplacar a la población encorajinada.
Resultado: dos hermanos, Jorge y Alberto Cortines Vázquez, asesinados por la Fuerza Civil.
Seis hijos menores de nueve años de edad, en la orfandad. Dos esposas viudas.
Desde entonces, y luego del “exceso de brutalidad” como le llamó el senador Huerta, la impunidad.
Nada, además, solucionó la llamada desaparición de la Fuerza Civil. Fue reasignada a la Secretaría de Seguridad Pública.
“Tomadura de pelo” de García.

CORREDORES: Por eso, el senador Huerta se fue “duro y tupido” contra García porque el asuntito, es decir, la represión policiaca en Totalco y el doble asesinato de los hermanos “están pendientes de aclarar”.

BALCONES: El caso de Totalco y las Granjas Carroll ha servido al senador Huerta para descubrir que en el gabinete estatal hay “Tres chiflados”.
Chiflado uno: el tabasqueño Carlos Juárez Gil, secretario General de Gobierno (y a quien en la comparecencia el diputado Héctor Yunes Landa exhibiera con sus bienes terrenales).
Chiflado dos: el secretario del Medio Ambiente, Juan Carlos Contreras.
Y Chiflado número tes: el titular de la Procuraduría del Medio Ambiente, Sergio Rodríguez.
Los Tres Chiflados teniendo a Veracruz, dice Huerta, “en un desastre la gestión ambiental”.

PASILLOS: Las Granjas Carroll, el gran punto de referencia según el senador.
Más, mucho más, porque en el sexenio de Fidel Herrera Beltrán, el padre de Cuitláhuac, el profe Atanasio García Durán, fue diputado local y líder del Congreso.
Y un crítico de las Granjas Carroll recuerda Huerta Ladrón de Guevara.
Desde antes, el senador apretando la Magnum política y social en contra de Cuitláhuac.
Está claro: unos militantes de MORENA nunca pertenecieron (ni pertenecerán) a la misma tribu amical. Al mismito grupito en el poder. Al mismo pesebre.
Así, se cumple a plenitud el proverbio ranchero. “La cuña para apretar ha de ser del mismo palo”.

VENTANAS: Por ahora, el senador ha deseado reducirse a la denuncia discursiva y mediática. incluidas las redes sociales.
Falta el siguiente paso. La denuncia penal. Quedan unos días para el fin del sexenio.
Se ignora si pudiera hacerlo de aquí al próximo sábado 30 de noviembre.
O esperará el próximo sexenio.
O, por el contrario, se quedará con la exhibida mediática, dándose por buen servido con el jaloneo de la cobija.
Olvidando que solo es un buen indio quien se venga (y/o ajusta cuentas) en la barandilla judicial.
Se irán Cuitláhuac y los suyos y el senador Manuel Huerta bien podría quedar sin piñatita. (lv)