Salarios de políticos
**Digamos, una bicoca...
**Negocios, platillo fuerte
UNO. Sueldos de políticos estatales
El gobierno del Estado trascendió los salarios para los funcionarios en el próximo gabinete de Veracruz.
La gobernadora, por ejemplo, 67 mil 800 (ochocientos) pesos mensuales.
Los secretarios del gabinete legal, 64 mil 531 (quinientos treinta y uno).
Los jefes de oficina, 22 mil 678 (seiscientos setenta y ocho) con 29 centavos.
¡Hosanna, hosanna!
Pero de acuerdo con la historia, y en todo caso, el sueldito es lo de menos.
El pastel gigantesco de seis años tiene muchas, demasiadas, excesivas tajadas de donde cortar.
Bastaría referir el México priista encumbrado en el primer lugar mundial de corrupción política.
DOS. “No son iguales”…
Cierto, los Morenacos tienen el estribillo de que ellos “no son iguales”.
Pero también, entre los políticos guinda y marrón la frasecita memorable, citable y bíblica:
“Si te cachan… te echas la culpa y te callas”.
Calló, calló y cayó Ignacio Ovalle Fernández con la gran Estafa Maestra en el Sistema Alimentario, por ejemplo.
Y en todo caso, negar todo, absolutamente todo, aun cuando los hechos y las pruebas y las evidencias florezcan en el surco fértil.
TRES. Negocitos ilícitos
Por ejemplo, y entre otras cositas y hechos descollantes, los siguientes:
A, el Nepotismo. B, el tráfico de influencias.
C, la asignación de obra pública por Dedazo a las compañías constructoras favoritas, entre ellas, propiedad de políticos con socios, aliados y cómplices.
D, las empresas fantasmas.
E, adulterar el precio de la obra pública.
F, incrementar la nómina hasta con los nombres de los muertos.
G, aplicar el principio universal del diezmo y hasta el doble diezmo.
H, ordeñar el salario de los funcionarios encumbrados con el diezmo que para “hacer política”.
I, otorgar contratos a cambio de una participación jugosa. Y por adelantado. Y sin chistar porque entonces el negocito será cancelado. Y de paso, hasta una acusación penal, digamos, por agravios a la autoridad.
J, declararse en subejercicio para, entre otros hechos y cositas, devolver dinero a la Federación argumentando la incapacidad oficial para ejercerlo.
K, concesionar durante el sexenio tal o cual servicio a un socio, un aliado, un cómplice, un compadrito.
Etecé. Etecé.
CUATRO. De priistas a Morenacos
Tales fueron las prácticas en el tiempo priista.
Y el panista con par de gobernadores y en donde, por ejemplo, hasta la esposa y los hijos del presidente de la república en turno.
Unas prácticas, por desventura para los ciudadanos, todavía vigentes.
Acaso con mayor finura en el tejido, digamos, para disimular la estafa.
CINCO. Vacilada ramplona
Entonces, los suelditos de sesenta mil pesos mensuales son una vacilada ramplona y barata, populachera y demagógica.
Más, cuando la Comisión de Vigilancia del Congreso está integrada por mayoría de diputados locales de MORENA, listos para avalar y encubrir cualquier desaguisado, resbalón, oportunidad y/o tentación.
Y un ORFIS, Órgano de Fiscalización Superior, que a pesar de tantas denuncias penales contra políticos estatales y municipales pillos y ladrones nunca procedieron en la Fiscalía General en los últimos seis años.
Vaya, sexenios han existido donde el vocero oficial suscribía convenios mensuales con los medios “a cambio de una mochada”.
SEIS. Esperemos programas…
Con todo y en el segundo piso de la Cuarta Gran Transformación con “la honestidad valiente y la purificación moral”, esperemos programas.
Cada sexenio, la nueva tribu gobernante inicia una aventura. Digamos, si escucha el cántico de las sirenas camino a Itaca o lo desdeña como Ulises.
En tanto, Penélope (la ciudadanía, digamos) teje y desteje la esperanza del pronto regreso del marido. (lv)