Cuitláhuac, encuerado
1 (SEGOB, SIOP y PMA, al desnudo)
Los últimos días de Cuitláhuac García y Jiménez en el ejercicio del poder sexenal son turbulentos y huracanados.
Fuego enemigo. Claro. Pero al mismo tiempo, fuego amigo.
Un senador de MORENA y un diputado local del PRI le han jalado la cobija.
Y en ambos casos, teniendo como eje rector la corrupción política.
A tono, digamos, con los años priistas cuando México fue encumbrado en el primer lugar mundial de corrupción de políticos pillos, ladrones, corruptos y corruptazos… (como afirmaba el hombre del Edén).
El senador Manuel Huerta Ladrón de Guevara asegurando que en la secretaría de Infraestructura y Obra Pública y en la Procuraduría del Medio Ambiente “robaron dinero que era para obra pública”.
Y el diputado Héctor Yunes Landa exhibiendo al secretario General de Gobierno, “El dos de Cuitláhuac, el dos del palacio”), el tabasqueño Carlos Juárez Gil como coleccionista de bienes privados en nombre del poder sexenal.
Uno: de un departamento donde vivía… tres mansiones hoy.
Dos: un yate.
Y tres: una flotilla de automóviles Mercedes Benz.
Quizá (ninguna duda) la punta de la madeja corruptiva.
Por ahora, el silencio de la SIOP y la PMA al senador.
En tanto, el secretario de Gobierno desmintiendo (claro, claro, claro) la verdad de Yunes Landa.
Pero…el diputado priista ha anunciado una denuncia penal en la Fiscalía General y esperando la denuncia sea investigada.
Más cuando de seguro el Yunes rojo tendrá “más que los pelos de la burra en la mano, la burra completa”.
La misma actitud bien podría asumir el senador Manuel Huerta.
Desde hace ratito ha comparecido ante los medios y el discurso denunciando tropelías de Cuitláhuac y los suyos.
Pero, indicativo y significativo, nunca ha interpuesto una denuncia penal.
Más cuando de su lado tiene, tendrá, suficiente información.
Y desde luego, gente a su alrededor (como entre otros, Juan Vergel Pacheco) para rastrear pistas hasta debajo de las piedras.
Más porque en el gobierno estatal de Cuitláhuac de seguro tendrá feligreses en su capilla.
Por ahora, ramalazo del senador y el diputado contra Cuitláhuac y/o contra la gente de Cuitláhuac.
Malo si los funcionarios exhibidos actuaron por su cuenta. Digamos, a espaldas del góber.
Peor, mucho peor, si las partes fueron aliadas, socias y cómplices.
Además, queda claro: La simple denuncia discursiva y mediática resulta insuficiente.
El senador y el diputado bien darían el siguiente paso con la denuncia penal en la Fiscalía General.
Y si se trata de recursos federales, entonces, en la Fiscalía General de la República.
2 (6,392 desaparecidos (todavía) con el Rey de la Salsa)
La comparecencia del secretario de Gobierno dejó terrible y espantoso sabor de boca.
El desencanto total.
La frustración social.
Más como él mismo alardeó: “Vengo de la lucha social”.
Por ejemplo: Fue contundente revelando que en los seis años de Cuitláhuac, su jefe, desaparecieron 16 mil 499 (cuatrocientos noventa y nueve) personas en los cuatro puntos cardinales.
Y en contraparte, diez mil ciento siete fueron localizadas.
Y el resto, seis mil 392 (trescientos noventa y dos) todavía…
Todavía…
Todavía (y a once días del fin del sexenio)…
Siguen desaparecidas.
Es decir, 6 mil 392 familias en la incertidumbre y la zozobra con el destino de los hijos, parientes y familiares.
El hecho concreto y específico en ningún momento es que fueron localizadas (incluso pagando la familia el rescate) diez mil ciento siete personas.
La noticia es el número de desaparecidos.
6 mil 392.
Pésimo, pésimo, pésimo, saldo social.
Por eso mismo, y entre otras cositas, el secretario de Gobierno reveló que en los últimos seis años se registraron diez mil manifestaciones.
Diez mil manifestaciones clamando justicia.
Simplemente, justicia “pronta, rápida y expedita”.
Así ejerció el poder el Rey de la Salsa y el Danzón.
¡Vaya comparecencia!
¡Vaya saldo sexenal!
(Presunta) corrupción y desaparecidos. (lv)