Y en un Veracruz analfabeta. Tres millones 150 (ciento cincuenta) mil personas sin saber leer ni escribir y con las escuela primaria, secundaria y bachillerato incompleta.
Un Veracruz hambriento de alimentos (medio millón de paisanos haciendo únicamente dos comidas al día, y mal comidas).
Pero también hambriento de justicia. Por ejemplo, 34 (treinta y cuatro) Colectivos integrados con padres con hijos y parientes secuestrados y desaparecidos.
Y en un Veracruz campeón nacional en feminicidios, secuestros, desaparecidos, extorsiones y fosas clandestinas.
Un Veracruz con una dudosa y cuestionable calidad de salud pública.
El Estado de Derecho suscribe en la teoría como primer requisito garantizar la seguridad en la vida y en los bienes.
Y es hoy, con la nueva Legislatura, el pendiente social número en el Estado jarocho.
La vida cotidiana, en la incertidumbre y la zozobra, la inseguridad y la impunidad.
En las calles y avenidas de los pueblos la protesta crónica demandando, por ejemplo, la aparición de un hijo secuestrado.
Entonces, y entre tantas otras cositas y hechos, la tarea primordial de los cincuenta diputados locales.
Un tiempo nuevo.
En la conseja popular el trascendido de un pueblo, nación, reinventándose cada cuatro años en el caso de los presidentes municipales.
Y cada tres años en el caso de los diputados locales y federales.
Y seis, Senadores.
Y seis años, gobernadores y el presidente de la república.
Entonces, digamos, la esperanza renovada para seguir animando y reanimando la vida soñando con la utopía de un Veracruz con una población dichosa y feliz el mayor tiempo posible.
Nada, por ejemplo, de una curul para cabildear la búsqueda del cargo público siguiente como, por ejemplo, la reelección, el paso a la curul federal, la presidencia municipal, y/o hasta un puestecito en el gobierno del Estado.
Nada de una compañía constructora para erigir obra pública por Dedazo.
Nada de empresas fantasmas.
Nada de “ordeñar la vaca y meter la mano al cajón” blindado a alcaldes con malas cuentas.
Tres años por delante para estar, ser y trascender en un buen gobierno donde la población respire y sienta un Veracruz habitable y vivible con dignidad.
Uno, seguridad en los días y las noches.
Dos, un empleo digno, estable, cubierto con dignidad laboral y con las prestaciones médicas, económicas y sociales de ley.
El resto (la calidad educativa y de salud y desarrollo bueno) llega por añadidura.

II (Leyes de oropel)

El riesgo, presentar iniciativas de ley y ser aprobadas, pero leyes de adorno. Incluso, para acallar indignaciones crónicas y corajes sociales.
Por ejemplo: La anterior Legislatura despenalizando el aborto en Veracruz.
La luz verde para los legrados.
Y en contraparte, nunca García, el góber, autorizó a la secretaría de Salud y a las Clínicas aplicar el aborto.
Pudo más el puño de la jerarquía eclesiástica.
Otro ejemplo: En tanto el Congreso de la Unión aprobó iniciativa de ley para proteger en materia económica y social a las trabajadoras domésticas, la Legislatura anterior en Veracruz se hizo omisa y occisa.
El analfabetismo histórico de sexenio en sexenio.
Y luego de 65 Legislaturas, nunca, jamás, ningún diputado interpuso iniciativa de ley para volver la educación básica una obligación constitucional.

III (Comisiones disputadas)

Los legisladores locales se aposentaron ayer en las curules. Y las calientan.
A partir de ayer, quizá, y/o de hoy en adelante, la feroz disputa entre ellos por las comisiones.
“La manzana de la discordia”, entre otras, la Comisión de Vigilancia.
Desde allí servir mejor a la patria blindando a los políticos estatales y municipales arañando el presupuesto.
Incluso, hasta con negociaciones internas sin trascender en las sesiones parlamentarias.
Más todavía, negociando la protección de los militantes de sus partidos con cargos públicos bajo la regla universal “de uno por uno”.
¡Hosanna, hosanna! (lv)