Robots del siglo XXI
**Sin cel nada somos
**Presos de la tecnología
ESCALERAS: El ser humano se está convirtiendo en un robot. Cada vez “la especie pierde facultades asumidas por las máquinas”.
La vida diaria en manos de la tecnología. El Internet. La computadora. El correo electrónico. Las famosas cuarenta palabras. El twitter. El WhatsApp. El Tik Tok. Los Reels. El periódico digital.
Incluso, en el Medio Oriente, robots despachando como meseros en los restaurantes y enfermeros en los hospitales.
Antes, el analfabetismo consistía en no saber leer ni escribir. Ahora, el analfabetismo está en la incapacidad para tomarse selfies (Juan Villoro, en el último libro, No soy un robot).
PASAMANOS: La locura total con el celular. La frase resulta bíblica: “Dime cuántos celulares cargas y te diré quién eres”.
Vaya, el celular deja constancia de una realidad virtual:
Tengo celular y existo. Como antes, mucho antes la frasecita era “Pienso y luego existo”.
Las horas del día y de la noche girando alrededor del avisito en el cel (así le llaman de cariñito) anunciando un mensaje.
Y, claro, cargando siempre un celular y la compu en la mano y/o en la bolsa de mano.
Gracias a la compu cada persona es libre y ejerce la libertad a plenitud.
CORREDORES: Más todavía cuando “el mundo cada vez confía más y más en las computadoras”.
Peor tantito: antes, en las tiendas comerciales y en las oficinas públicas pedían el teléfono de casa y/o la dirección personal para cualquier consulta de emergencia.
Ahora piden el correo electrónico y el cel.
“Yo sin cel, dice la mitad del mundo y la otra mitad, no puedo vivir”.
BALCONES: El cel, la computadora, el twitter, anexos y conexos, programan la vida humana.
Día y noche. Y a toda hora.
A la hora de la comida familiar, los hijos suelen pasar la mayor parte del tiempo con el cel en la mano. Incluso, contestando avisitos parroquiales.
Y, claro, sin dialogar con los hermanos y los padres.
Entonces, ni hablar, el manotazo del padre ha de imponerse y prohibir el uso de celulares en la mesa.
Incluso, hasta quitar a los hijos los aparatitos.
PASILLOS: Indicativo: los políticos han dejado de ocuparse (y preocuparse) por los madrazos en la prensa escrita. Incluso, en el noticiero televisivo.
La incertidumbre y la zozobra escala el más alto decibel por el bombardeo informativo a través de un tuitazo y un guasapazo.
Y, bueno, hasta exhibido en los Reels.
Basta y sobran cuarenta palabras y un video de menos de un minuto para “poner patas arriba” a las tribus políticas.
Es más, el político exitoso es aquel arrasando en las redes sociales. Con mayor número de visitas y comentarios.
Y si hablan mal, adelante, lo importante es permanecer en el portal tecnológico.
VENTANAS: Más todavía: el reportero y escritor Noé Zavaleta publica en “Dominga”, la sección de crónicas del periódico Milenio, un texto sobre las jineteras del Caribe.
Y revela el auge sexual en Cancún, Mérida y Campeche a través del ciberespacio para contratar una chica de América Latina residentes en la península y quienes, además, hasta reciben la paga del servicio a través de tarjetas de crédito.
En el municipio de Solidaridad, aquel fundado por Carlos Salinas de Gortari en nombre al partido político que deseaba crear, hay un portal digital intitulado “Mileróticos” ofreciendo un total de dos mil 748 (setecientos cuarenta y ocho) chicas de entre veinte a veinticinco años para una noche de placer intenso y volcánico. (lv)