Veracruz necesita ídolos
**Saborear a Agustín Lara
**Homenaje quedó corto
UNO. Homenaje a Agustín Lara
Agustín Lara, el famoso “Flaco de oro”, la pareja de María Félix, nació y murió con fechas casi casi empalmadas.
El 30 de octubre de 1897. Y el 6 de noviembre de 1990, luego de una prolongada agonía en un hospital de la Ciudad de México mereciendo el titular periodístico
más corto de la historia: “¡Ya!” encabezó el periódico Ultimas Noticias de Excélsior.
Compuso ochocientos canciones. Mil ochocientas Juan Gabriel.
Y la secretaría de Cultura de Veracruz se guió por la fecha de nacimiento para su homenaje.
DOS. Fiestas memorables
El festival inició el 25 de octubre. Y terminó el domingo 27. Y fue, digamos, modesto, para la gigantesca figura.
Más, porque nacido en la Ciudad de México deseó nacer en Tlacotalpan.
Más, porque aun cuando su famosa canción de “María bonita” la compuso en Acapulco, también escribió varias canciones a Veracruz.
Más, porque en su Casita Blanca de Boca del Río solía organizar comilitonas con los amigos y a quienes recibía impecablemente vestido de blanco en la puerta de la casa con una botella de champaña para cada invitado y para consumo personal.
TRES. Saborear su música
Más porque cuando llegaba a Veracruz con María Félix se hospedaban en la suite nupcial del hotel Mocambo y en donde le colocaban un piano para en las madrugadas de pasión y amor y con la brisa marina del Golfo de México tocar y cantarle a “La Doña” antes y después de hacer el amor.
Más porque durante muchos años y desde la XEW de la Ciudad de México fue inolvidable saborear la música de su piano con sus canciones cantadas por él mismo en la famosa “Hora íntima de Agustín Lara”.
CUATRO. Merece mucho más
Quizá Agustín Lara es la más enorme figura que honró siempre a Veracruz.
incluidas Salma Hayek, Paquita la del barrio, Yuri (Yuridia Valenzuela), Ana de la Reguera con todo y su Nena, Olivia Gorra, Blanca Estela Pavón, Meche Carreño y Delia Casanova.
Incluso, más, mucho de un Pepe Guízar y una Chavela Vargas, viviendo en Boca del Río y Antón Lizardo.
Vaya, rebasando a Salvador Díaz Mirón con todo y su poema “A gloria”, aquel de “confórmate, mujer, que hemos venido/ a este valle de lágrimas que abate/ tú como la paloma para el nido/ y yo como león para el combate”.
Y por eso mismo, un extraordinario y gran homenaje, lejos, demasiado lejos, de su biógrafo Pavel Granados, “ajonjolí de todos los moles”.
Pero, bueno, la lucha se hace.
CINCO. Siempre está vigente
Más todavía por una razón de peso y con peso: Agustín Lara como Pedro Infante y Jorge Negrete, José Alfredo Jiménez y Juan Gabriel, entre otros, son cantados por los ciudadanos de a pie y motorizados.
Y despierta gran admiración.
Y aun cuando tiene 54 (cincuenta y cuatro) años de su fallecimiento, apenas, apenitas se mira por ahí su figura en una película y/o se escucha con sus canciones, la vida se estremece y paraliza.
SEIS. Veracruz necesita ídolos y héroes
Desde las secretarías de Cultura y de Turismo bien pudiera, digamos, rescatarse una hora diaria en alguna estación de radio (o varias) con las canciones de Agustín Lara.
Y si por ahí fue lanzada la idea de un concurso nacional de bolero desde Veracruz, nada como honrar a Lara.
Y claro, además de intérpretes, en composición literaria de boleros dados los casi mil boleros compuestos por el “Flaco de oro”.
Y al museo Agustín Lara en Boca del Río inyectarle más vida y presencia y trascendencia, pues y como escribiera el poeta Jaime Torres Bodet, por lo regular suelen asistir las mismas caras y con las mismas conversaciones de siempre.
La población necesita ídolos y símbolos para vivir. Y para soñar. (lv)