Los últimos días de Cuitláhuac (I)
**Desaparecida una pareja norteamericana en Coatzacoalcos y seis jóvenes colombianas en Boca del Río. Las chicas fueron ubicadas…
**Veracruz, con la 4T, un estercolero: feminicidios, secuestros, extorsiones, fosas clandestinas e impunidad
**Masacres, cabezas decapitadas, cadáveres colgando de puentes y flotando en ríos, el gran paisaje urbano y rural
**Un sexenio llegando al final, igual, igualito, como fueron los seis años en el trono imperial/ Luis Velázquez
Los últimos días de Cuitláhuac García como el gobernador número 78 (setenta y ocho) de Veracruz son el retrato hablado de lo que fue el sexenio.
Días y noches huracanadas y torrenciales. Secuestros. Desapariciones. Extorsiones. Tiradero de cadáveres. Fosas clandestinas. Impunidad.
Por ejemplo, en Coatzacoalcos, desde hace dos meses una pareja norteamericana (mujer y hombre, jóvenes) fueron secuestrados.
Y hoy en día, ninguna pista, ninguna señal, ninguna huella.
Y en la zona conurbada Veracruz y Boca del Río, cinco chicas colombianas desaparecieron el 25 de septiembre.
En unas versiones, que las muchachas tomaron un taxi en la ciudad jarocha con destino a Boca del Río y nunca llegaron.
En otras, que llegaron a su destino en un evento y desaparecieron.
Y en otra versión… que hasta el taxista desapareció.
Y en otra más, que los secuestradores exigen el pago de cien mil dólares de rescate.
En la prensa colombiana, México y Veracruz en el lodazal.
Yarlin Giraldo Soto. 21 años.
Derlys Dayana Paneso Taborda. 25 años.
Marianyeli Michell Chacón Álvarez. 20 años.
Sofía Velázquez Giraldo. 21 años.
Leyna…, sin que por ahora trascendiera su nombre y edad.
Otra versión es que son seis las muchachas secuestradas.
La identidad del taxista, bajo resguardo.
Una versión más revela que las chicas fueron reclutadas por una mujer de nombre Yésica Anahí Ramírez Marín, alias Lilith, para viajar a México y trabajar como modelos.
En Coatzacoalcos, hace dos meses y dos días, una pareja de norteamericanos desapareció.
Carolina Jatba y Frank Guzmán.
Y al momento, ni una pista.
El presidente municipal de Coatzacoalcos, el morenista Amado de Jesús Cruz Malpica, lo resumió del siguiente modo:
“La imagen de Veracruz y la región está dañada”.
Más, mucho más, porque, digamos, es, ha sido, el estilo personal de ejercer el poder de las tribus guinda y marrón:
Veracruz, por ejemplo, en los campeonatos nacionales de feminicidios.
Secuestros.
Extorsiones.
Y fosas clandestinas.
Además, quinto lugar nacional en desaparecidos.
Y uno de los primeros lugares nacionales en impunidad.
II (“La violencia es inevitable, ni modo”)
Nadie piensa (sería una locura) que Cuitláhuac está asociado y aliado con los carteles para multiplicar el terror, el miedo y el pánico.
Pero como capitán de la nave…
Jefe del Poder Ejecutivo estatal…
Jefe de jefes de las corporaciones policiacas… tiene una responsabilidad ética, moral, social y policiaca. Por eso mismo, el capitán Fernando Gutiérrez Barrios como gobernador pacificó Veracruz en cuarenta días y cuarenta noches y acabó con los pistoleros y sicarios de la llamada “Sonora Matancera”.
Eran los caciques con sus malandros adueñados de la vida pública y política en el sexenio de Agustín Silvestre Acosta Lagunes, aquel que “en la plenitud del pinche poder” exclamara frase memorable, citable y bíblica:
“La violencia es inevitable y ni modo”.
Y Veracruz, en la purificación moral que fue en el obradorismo, un estercolero: El día cuando los malandros colgaron cadáveres de los puentes…
Y tiraron cabezas decapitadas en la pista de un antro y sobre una mesa en una disco…
Y asaltaron autobuses de pasajeros (ADOs y AU) en las carreteras y buses en las ciudades…
Y despojaron a los clientes de una cafetería en plaza comercial…
Y atracaron a joyerías en otra plaza comercial…
Y flotaron cadáveres en ríos y lagunas…
Y despojaron a unas feligresas en una iglesia católica y apostólica cuando una tarde rezaban el rosario…
Y secuestraron a personas en sus propias casas…
Y también las asesinaron…
Y nada pasaba…
Entonces, los malos advirtieron que podrían levantar y plagiar a ciudadanos extranjeros en los cuatro puntos cardinales del Estado jarocho.
La pareja en Coatzacoalcos.
Las chicas colombianas en Boca del Rio.
“La muerte tiene permiso” en Veracruz.
Pero también la impunidad.
III (Veracruz, reino de los carteles)
Veracruz ensangrentado en el tiempo sexenal de la 4T, igual, igualito, que en otras temporadas.
Javier Duarte. Veracruz, “el peor rincón del mundo para el gremio reporteril”.
Agustín Acosta Lagunes. “La Sonora Matancera”.
Jorge Cerdán. El asesinato en aquella década, 1940, de cuarenta mil ejidatarios en la enconada lucha agraria por la tierra.
Luis Mier y Terán. El crimen de nueve jarochos sublevados a una reelección más de Porfirio Díaz Mori, tiempo del famoso telegrama de “¡Mátalos en caliente!”
Teodoro A. Dehesa. El asesinato de trescientos trabajadores textiles de Río Blanco en huelga en contra de una fábrica propiedad de un extranjero amigo de Porfirio Díaz.
Y luego, los trescientos cadáveres amontonados en vagones del ferrocarril, enviados al castillo de San Juan de Ulúa en el puerto de Veracruz para ser lanzados por los soldados al fondo del Golfo de México amarrados los cuerpos a piedras demasiado pesadas para evitar flotaran.
Veracruz hoy: el reino de los carteles.
La cadena fatídica de la violencia:
Secuestros. Desapariciones. Extorsiones. Asesinados. Y fosas clandestinas.
La sentencia bíblica: A mayor impunidad… mayor inseguridad.
Como en un círculo vicioso.
IV (Una mujer migrante asesinada)
La última masacre en el tiempo de García, el góber:
En Martínez de la Torre. La noche del lunes treinta de septiembre. En una colonia popular.
Una mujer y tres hombres.
Pero antes, mucho antes, otras masacres.
En Coatzacoalcos, en el “Caballo Blanco”. Más de treinta muertos.
En Minatitlán. En fiesta familiar en un salón social. Más de treinta muertos. Y un bebé en brazos de su madre.
Masacres y/o desapariciones canijas:
Los cinco campesinos de Atoyac en lucha por la tierra cuando viajaban a la ciudad jarocha para diligencias.
Los siete comerciantes de Río Blanco en Ixtaczoquitlán.
Los cinco muchachos de Xalapa.
Entre otros.
El Veracruz de García, el góber.
En el mes de diciembre del año 2018, los primeros días de Cuitláhuac, una migrante originaria de América Central, emboscada en los límites de Isla y Rodríguez Clara.
Y asesinada.
V (El científico condecorado por la Universidad Veracruzana)
Nada tan indicativo del Veracruz violentado como la existencia de 33 (treinta y tres) Colectivos integrados con padres con hijos y parientes secuestrados y desaparecidos.
Y como en muchos casos tienen más de diez años (desde el año 2011 con Javier Duarte como jefazazo del Poder Ejecutivo estatal), entonces, hijos y parientes quizá asesinados, quizá enterrados en fosas clandestinas.
Con la 4T, Veracruz, campeón nacional en fosas.
Palabras mayores, la desaparición del quinteto de chicas colombianas y la pareja norteamericana.
El estilo personal de ejercer el poder y gobernar del científico condecorado por la Universidad Veracruzana.
El góber salsero.
Los últimos días de Cuitláhuac G. J.
VI (Las colombianas fueron encontradas)
Para fortuna de Veracruz y de García, el góber, un día después del trascendido latinoamericano de la desaparición de las cinco colombianas, fueron rescatadas en operativo poiciaco.
Las encontraron en la calle Lázaro Cárdenas y Sonora de la colonia Luis Echeverría, en Boca del Río.
Gran operativo.
Y con suerte.
Señal, indicio, anuncio, aviso, de que cuando la autoridad se siente acorralada actúa y con resultados.
Cientos, miles quizá de personas secuestradas y desaparecidas en los cuarto puntos cardinales del Estado han tenido mala suerte.
Nunca fueron ni han sido halladas.