Y/o el hombre aquel leyendo los titulares del periódico impreso anunciando un fatídico choque en carretera con un montón de muertos.
O un temblor canijo en alguna parte del mundo con más de mil víctimas.
Y/o un barco turístico hundido en el otro extremo del mundo con miles y miles de muertos.
Digamos, un consuelo duro y rudo. Pero, bueno, “¡la vida es así y qué le vamos a hacer!”.

PASAMANOS: Con todo, el menos jodido se siente menos solo y menos triste y menos cansado sabiendo que otras personas, incluso, vecinos y conocidos, están peor.
El dato oficial es canijo. De los ocho millones y cacho de habitantes en Veracruz, seis millones en la pobreza y la miseria.
Y la miseria, el último grado de la dignidad humana para llevar el itacate, la torta y la despensa a casa.
Y medio millón de paisanos del estado jarocho únicamente haciendo dos comidas al día porque el dinerito apenas, apenitas, alcanza.

CORREDORES: Se evocaría la profecía bíblica de que “naces pobres, vives pobre y mueres pobre”.
Pero al mismo tiempo habría de recordar la esencia superior del llamado Estado de Derecho para garantizar el par de factores básicos para la dicha y la felicidad (efímera, siempre) de la población.
Primero, un empleo digno, seguro, estable y pagado con justicia laboral.
Y segundo, vivir sin sobresaltos, miedos ni temores de un secuestro (y en la propia casa), una desaparición, un feminicidio, un asesinato y la sepultura en una fosa clandestina para dificultar la ubicación a los familiares en la desgracia.

BALCONES: De por sí, el mundo es y ha sido y será injusto.
Tanto que, por ejemplo, algún científico social (así les llaman de manera pomposa) creó y recreó las clases sociales.
Alta. Media. Y baja.
Y en los tres rubros con categorías.
Por ejemplo, clase alta alta. Clase alta media. Y clase alta baja, pues entre ellos también existen niveles de riqueza, patrimonio personal y familiar y privilegios para alardear entre sí.
Vaya, los ricos de abolengo y prosapia nunca tragan (quizá mastican) a los ricos sexenales, aquellos políticos que en menos de seis años hicieron fortuna al cobijo del poder público.
México (ya se sabe), campeón mundial en corrupción política.

PASILLOS: Una conseja bíblica sugiere que siempre ha de evitarse “ser candil de la calle y oscuridad en la casa” y/o de la casa.
Se refiere, claro, que si la persona y la familia están en condiciones económicas han de mirar a los parientes desventurados para auxiliarlos y juntos empujar la carreta (aunque esté destartalada) a un destino superior.

VENTANAS: Toda la vida han existido políticos mesiánicos anunciando el bienestar social, económico, educativo, de salud, seguridad y justicia y hasta desarrollo humano.
Y se trata de la venta burda, rapaz, barata, demagógica y populista de esperanzas.
Incluso, y en el par de demandas sociales fundamentales como son un empleo y la tranquilidad para vivir.
En el circo romano, los Césares ofrecían “pan y circo” a los jodidos.
Y desde entonces, quizá muchos años antes de Cristo, el gancho social de las tribus políticas para ganar votos en las urnas.
Los jodidos forman parte de la vida cotidiana, pues de lo contrario, los políticos quedarían sin clientela. (lv)