Fin del PRI y PAN
**Profecía de expertos
**MORENA, el nuevo PRI
ESCALERAS: Los expertos profetizan el fin del PRI y del PAN luego de que el INE, Instituto Nacional Electoral, decretó la desaparición del PRD por la escasez de votos en las urnas.
Lo dice, por ejemplo, el crítico Christopher Domínguez Michael en el número 309 de la revista mensual, “Letras Libre”, “El populismo a través del espejo”: “El PRI y el PAN son partidos decadentes y acaso en proceso de extinción, como ya le ocurrió legalmente al PRD, el tercer socio de la alianza opositora”.
PASAMANOS: El consejero literario de “Letras Libres” habla de Andrés Manuel López Obrador como el caudillo, digamos, en turno.
AMLO, el presidente, quien durante una década anterior fue fagocitando desde MORENA la desaparición de los partidos rojo y azul.
El gran mesías que ha convertido a MORENA en el PRI del siglo XXI. El mismo, priista durante veinte años.
Y hasta presidente del CDE del PRI en Tabasco con el gobernador Enrique González Pedrero.
Además, de los cargos públicos ocupados a la sombra del priismo.
Además, coordinador de la campaña electoral del poeta priista, Carlos Pellicer, al senado de la república.
CORREDORES: Caudillos, claro, fueron, entre otros, Benito Juárez García, a quien luego de quince años reelecto le sucedió su paisano Porfirio Díaz Mori con sus treinta y cuatro años en el Palacio Nacional.
Caudillo Porfirio Díaz, a quien sucedió un demócrata, Francisco I. Madero.
Pero luego de Madero, el caudillo moral y social, ocupó la silla embrujada del palacio otro dictador como Victoriano Huerta.
Y luego del caudillo Lázaro Cárdenas del Río, el poblano Manuel Ávila Camacho en el trono.
Y después de Adolfo López Mateos, caray, uno de los tiempos más siniestros y sórdidos de la historia con Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría Álvarez.
Vicente Fox Quesada, el caudillo panista que sacara al PRI de Palacio Nacional, pero al mismo tiempo, incurriera en muchos errores priistas.
Ahora, el caudillo es López Obrador, quien ya logró imponer a su hija adoptiva, Claudia Sheinbaum, en la silla embrujada del palacio y prepara el 2030 para su hijo favorito, Andrés Manuel, Andy.
BALCONES: El PRI y el PAN todavía respiran. Quizá estarán noqueados en el ring, pero con el corazón latiendo.
Han perdido la mayoría de las posiciones gubernamentales. Pero, bueno, la Biblia habla de la resurrección de los muertos y como dice el priista Jorge Uscanga Escobar, en la vida pública ni hay políticos muertos y hasta los partidos también pueden resucitar.
PASILLOS: El último manotazo obradorista fue con la Reforma Judicial y que permite que los jueces y magistrados del Poder Judicial sean elegidos en las urnas como si fueran candidatos a presidentes municipales, gobernadores y presidente de la república.
Y, claro, con todos los vicios democráticos, ajá, de cualquier elección, desde compra de votos, conciencias y lealtades hasta el miedo y el terror multiplicado desde las zonas oscuras y visibles del poder como, por ejemplo, intimidar a los favorecidos con el Bienestar Social de que si la oposición gana les suspendería la bequita bimensual de seis mil pesos.
VENTANAS: AMLO, el presidente, creando y recreando un país a su imagen y semejanza como el gran mesías enviado por un Ser Superior para salvar en la tierra a la gente en la miseria, la pobreza, la jodidez, el desempleo, el subempleo, los salarios pichurrientos, la incertidumbre, la zozobra, la inseguridad y la impunidad.
El PRI y el PAN arrastrados por la vorágine de su pasado moral, social y político donde el único ganón es AMLO, el Plutarco Elías Calles del siglo XXI y quien impusiera a cuatro sucesores, a saber, Emilio Portes Gil, Abelardo L. Rodríguez, Pascual Ortiz Rubio y Lázaro Cárdenas. (lv)