Y para entonces, el círculo turístico, amplificado con el llamado “Chilebus”. Un autobús turístico para recorrer Xalapa y exhibir sus barrios mágicos.

PASAMANOS: ¡Hosanna, hosanna! ¡La gran herencia de la llamada Gran Cuarta Transformación!
Antes, en Catemaco (pueblo consagrado en el filme “El candidato honesto” con el comediante Adrián Uribe), el monumento a los tegogolos.
Antes, en Papantla, el monumento a la vainilla.
Antes, en el norte de Veracruz, el monumento al zacahuil.
Y en Tuxpan, el monumento a las enchiladas de pipián.
Listos, en Córdoba (gobierno morenista) para una estatua a la Flor de Izote.
Y aun cuando en la ciudad jarocha presidente municipal existió erigiendo un monumento al músico, falta aterrizar uno a las picaditas y gorditas.
Más porque cuando Hernán Cortés desembarca en las playas de Chalchihuecan, la Malinche agarró su metate y le preparó unas picaditas con maíz blanco. Y con un cafecito de olla, aconsejado el menú por los habitantes de lo que muchos años después se llamaría el barrio de La Huaca.

CORREDORES: El monumento al Chilito Xalapeño en la capital quizá sea la prolongación de la estatua al presidente Andrés Manuel López en el rancho Rutilandia, en Querétaro, propiedad de Rutilio Vargas.
La escultura de AMLO pesa trescientos kilos y está en medio de las estatuas de Pancho Villa y Emiliano Zapata.
En tanto, vaya paradoja, la estatua de Cristo Redentor en Brasil es de treinta metros de altura.
Pero, bueno, los nueve metros que tendrá el Chilito Relleno en Xalapa son suficientes para la vanagloria turística.
Más cuando el primer secretario de Salud de García, el góber, Roberto Ramos Alor, acuñara la siguiente frase bíblica:
“A los reporteros… ningún chile les embona”.

BALCONES: La nueva mística turística y social bien podría amplificarse en otras demarcaciones del Estado jarocho.
Y desde luego, enalteciendo, digamos, los platillos municipales y regionales de cada zona con un gigantesco monumento.
De perdis, una estatua a los héroes locales.

PASILLOS: Con la 4T, una mística, digamos.
Por ejemplo, de los nombres de políticos a calle, avenidas, pueblos, escuelas, parques y jardines de niños, a estatuas y monumentos a los productos alimenticios y platillos favoritos de demarcaciones.
Y si en el siglo XIX se aseguraba que los grandes periodistas y uno que otro político “eran hombres, pero parecían gigantes”, ahora, monumento al Chilito relleno de nueve metros de altura.
Digamos, al nivel de un edificio público.
Tal cual, entonces, y nombre de la justicia divina, ojalá por ahí aparezcan otros guerrilleros de la causa guinda y marrón y auspicien un monumento al Pambazo.
El Pambazo que tanto gustaba a mamá Carlota cuando desde el Castillo de Chapultepec donde vivía con Maximiliano de Habsburgo enviaba un propio a Xalapa para comprar pambazos suficientes para la cena opípara imperial.

VENTANAS: ¡Hosanna, hosanna!
La 4T sigue purificándose en Veracruz.
El lema superior: “¡No somos iguales!”, pinches priista y panistas.
Y “Aquí donde mando yo”, únicamente “mis chicharrones truenan”.
Ni modo, Dalia Edith Pérez Castañeda, tu gran video pasará a la historia.
Monumento… mata streap-tease. (lv)